miércoles, 31 de agosto de 2022

274. Eufemismos

 Ayer murió Mijail Gorbachov, último Secretario General del PCUS y uno de los principales ejecutores de la liquidación de la URSS. Como era de esperar, su muerte es una buena piedra de toque para explorar el estado del anticomunismo actual. El anticomunismo, ya no como idea o como conjunto de argumentos, tantas veces repetidos y discutidos (en eso, en combatirlo, consistió en gran medida nuestra educación política), sino como clima cultural, como marco cognitivo, como elemento incorporado prerreflexivamente a nuestro mundo de la vida (Lebenswelt). Comento aquí brevemente dos artículos de hoy mismo, bien pensados (a pesar de la evidente prisa) y bien escritos, pero algo desarticulados, desencajados, en su estructura lógica. No soy nada partidario de las discusiones puramente formales (una secuela, quizás, de aquellas argumentaciones interminables y agotadoras), y sonrío cuando leo lo que Heidegger escribió sobre la lógica (como puro y frío ejercicio académico, de escasa utilidad), pero creo que tengo algo así como un sentido interno (con permiso de Avicena) que me indica cuando algo "no cuadra".

Leo esta mañana, también deprisa, un artículo de Rafael Poch* donde coloca a Gorbachov en su Panteón personal junto a Mandela, Gandhi, Ho Chi Minh y el Che Guevara. Nada que objetar al Panteón, mayoritariamente comunista, por cierto, salvo por la nueva incorporación (y su problemática lógica). El autor analiza en detalle y con conocimiento histórico profundo el periodo final de la URSS y el papel que tuvieron en él diferentes dirigentes políticos. Si las consecuencias de las políticas de Gorbachov tuvieron un impacto tan negativo, durante décadas, sobre la población del país (y su esperanza de vida), si además supusieron una rendición efectiva frente al imperialismo (más que el mero "fin de la Guerra Fría"), ¿basta con concluir que el balance de Gorbachov es "muy, muy ambiguo"? 

Por la tarde leo un articulo de Pablo Iglesias** que en varias ocasiones hace referencia al anterior. Aunque escrito desde un punto de vista que me resulta más afín, la estructura (y la luxación, por decir así, lógica) es similar a la del artículo de Poch. Dice Iglesias, como conclusión, de nuevo, de los desastres, las concesiones y las derrotas que sucedieron a la desaparición de la URSS:

"La URSS no era un régimen defendible, pero que su desaparición alejó a la humanidad de un futuro humanamente viable es también una evidencia. Decirlo hoy supone saltarse los infames consensos mediáticos y políticos pero no es más que decir la verdad, la puñetera verdad, frente a los necios."

Ay, la historicidad, ¿es que no hay ninguna consecuencia historica que sacar? ¿Ninguna responsabilidad frente al pasado y también frente al futuro? La URSS no era un régimen defendible, se dice, pero a la vista de las catastróficas consecuencias de su desaparición para el mundo entero, ¿no habría que haberla defendido entonces? Algunos lo hicieron, por cierto.

Habría que llevar esas argumentaciones hasta el final, pues, y dejarse ya de eufemismos al hablar del comunismo y el anticomunismo, esto es, de manifestaciones "suaves o decorosas", como dice la RAE, o de "consensos infames", como dice Pablo Iglesias.


* https://rafaelpoch.com/2022/08/30/luces-y-sombras-de-mijail-gorbachov-1931-2022/

** https://ctxt.es/es/20220801/Firmas/40615/urss-mijail-gorbachov-capitalismo-pablo-iglesias.htm



viernes, 26 de agosto de 2022

273. Wilhelm Dilthey

 Con motivo de este nuevo artículo (en prep.) y su leitmotiv ("hace un siglo y algo más"), vengo trabajando con cierto detalle la obra de W. Dilthey (1833 - 1911), filósofo y también proto-psicólogo y proto-sociólogo, como todos los filósofos relacionados con las llamadas filosofías de la vida*. 

Hay mucho que pensar sobre su obra, que se enredó en las controversias de la filosofía con las ciencias experimentales nacientes (biología y psicología), hace algo más de un siglo, de un modo análogo a como vengo yo enredándome con la frontera actual entre la ciencia y la filosofía de los seres vivos. 

Habrá mucho que pensar y que intentar decir. De momento, registro aquí esta idea de filosofía cotidiana, muy relacionada con su concepto de Erlebnis (vivencia, experiencia interna, experiencia vivida), que todos podemos comprender (otro concepto clave en Dilthey) inmediatamente:

"(...) gran parte de nuestra felicidad como seres humanos deriva de nuestra capacidad de percibir el estado mental de los otros (...)."**


* Dilthey es, por cierto, el único filósofo que sale más o menos bien parado de la famosa diatriba de Lukács (§262).

**Traduzco a partir de una cita (en versión inglesa) de "Ideas para una psicología descriptiva y analítica" (1894), que encuentro en Damböck, C. What is descriptive psychology? Ebbinghaus's 1896 criticism of Dilthey revisited. HOPOS 10, 2020, 274-289.



viernes, 12 de agosto de 2022

272. El tono

De repente encuentra uno, no las palabras eso viene después, sino el estilo, el modo, el registro en que está pensando. Una vez alcanzado, reconocido ese modo, todo es fácil. Entonces ya se puede empezar a escribir. (De Huellas, 1995)

Hoy diría, más bien, que de repente se da uno cuenta de que está ahí ese tono, que ha surgido y lo ha encontrado. 



domingo, 7 de agosto de 2022

271. Como de verdad es

 Encuentro en Huellas una nota de un verano, aquí mismo donde ahora estamos, hace 27 años. "Unos días de vacaciones", y algo más adelante, después de una breve celebración de la ligereza y espontaneidad de la vida en estos días, "la vida se muestra como de verdad es." O como debería ser, me digo ahora, o como querríamos que fuera siempre. No sé bien cuál es la diferencia.



miércoles, 3 de agosto de 2022

270. Eugénio de Andrade, poesía y prosa

 Creo que tengo dicho por aquí en algún sitio lo mucho que me suele gustar la prosa de los poetas, la que ellos escriben (la lista es infinita, Goethe, Poe, Shelley, Pessoa, Gide, Auden, JRJ, Machado, por recordar ahora rápidamente solo a algunos), y también, de vez en cuando, la que los críticos y comentaristas escriben sobre ellos. Siempre es una grata sorpresa encontrar textos de este último grupo que estén a la altura del placer que produce la lectura de los autores de referencia. El último ha sido el prefácio de José Tolentino Mendonça a la Poesia (sin tilde) de Eugénio de Andrade (Assírio & Alvim: Porto, 2021). Fue en Oporto, precisamente, donde compré el libro hace unas semanas, después de un memorable (y pequeño, como el país, según se repité allí tópicamente) encuentro entre neuropatólogos portugueses y españoles.

Dice cosas como estas Tolentino en su presentación:

"Sobretudo, não consentia em distrair-se da responsabilidade que é viver diante das coisas tão elementares como a luz da manhá, os goivos que florescem, o branco da página, o silente grito das vítimas ou o olhar do seu gato."

Sí, así se escribe de un poeta de la sensibilidad y nítida expresión de Eugénio de Andrade, que recuerda a Cernuda y en algo también a Claudio Rodríguez.  

Y también, más adelante, cuenta esto sobre cierta prosa del poeta:

"Foi, do princípio ao fim, desconcertante como um adolescente insolente e límpido. Ouvi Álvaro Siza contar uma historia passada em 74, que o demostra bem. Andava um grupo de alunos de Belas-Artes a pintar um mural quando viram aproximar-se Eugénio de Andrade que, nessa altura, no Porto, era já um mito. Vencendo o obstáculo da reverência que sentiam, dirigiram-se a ele perguntando-lhe se nâo queria deixar nada escrito no mural. Esperavam, naturalmente, um verso, uma dessas palavras que só um poeta pudesse grafar. Eugénio assentiu, pegou no pincel e escreveu:«abaixo o fascismo»."

Solo en eso se equivoca el comentarista: nada desconcertante.



lunes, 1 de agosto de 2022

269. In memoriam

 ¿Puede uno ir a un velatorio que es una verdadera tragedia humana -hijas, (ex)marido, amigos, todos destrozados, horrorizados- y acabar hablando apasionadamente de Heidegger, Derrida y Nancy, entre otros, como si se hubiera colado uno sin darse cuenta en un seminario de filosofía, a salvo de las contingencias de la finitud y la muerte? Sí, seguramente, pero solo si se trata del velatorio de Mu-Épsilon, amiga del alma y de toda la vida, que murió tan enigmáticamente como había vivido estos últimos años, refugiada ‒en el lugar de su infanciaen una soledad ásperamente buscada y defendida. Por un vecino y librero con quien compartió una de sus principales pasiones durante estos años leer y comentar lo leído con una extraña lucidez, tan característica de ella pudimos saber que su vida, lejos de todos nosotros, había sido agradable (me detengo aquí un momento para precisar la impresión que nos dejó la charla, ciertamente agradable, con el librero, su último amigo), o al menos inscrita en una cotidianeidad no muy diferente de la que compartimos con ella durante tantos años.

Allí estabamos todos, en ese seminario, un puñado de amigos fieles, que nos (re)conocíamos bastante bien por lo bien que ella nos conoció, a pesar de nosotros mismos, a pesar de ella misma y de sus apasionados y generosos excesos. La quisímos muchísimo, y discutimos también mucho con ella, quizás porque no alcanzábamos su altísima intensidad de vida a veces tan dolorosa para ella misma. "Llegó con tres heridas / la del amor / la de la muerte / la de la vida (...)", así vivió ella, con sus heridas y también con las de los demás, las nuestras. 

No había conseguido irse de nuestras vidas, no, y a partir de ahora la recordaremos aun más.