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sábado, 6 de febrero de 2021

200. Antiguo futuro

Tomo la idea del título del espléndido libro de Irene Vallejo (El infinito en un junco) (§195), que voy leyendo muy poco a poco para que me dure más, o quién sabe si para acercarme al ritmo con que ella lo escribió (§185). "Qué antiguo puede llegar a ser el futuro", dice, con motivo de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan en 2016. Un premio al canto, a la oralidad de la literatura occidental, como si fuera un premio tardío (¡y tanto!) a los poetas orales, los aedos griegos, que la inventaron, antes de que quedara fijada por escrito en Homero. Celebré mucho entonces la concesión del premio -Irene Vallejo sobrevuela con gracia e ironía la polémica asociada-, y defendí en algunas conversaciones que al escuchar a Dylan es tan importante lo que dice, lo que canta, como la forma precisa en que lo dice. Dylan canta y recita al mismo tiempo, como un poeta proclamando (Gadamer dixit) sus versos. 

Alguna analogía con este futuro anterior, de ida y vuelta, me sugirió la lectura de un artículo de prensa que me envió hace poco Alfonso Ogayar, buen amigo, profesor y biólogo teórico*. Con motivo de la reciente publicación en castellano de un libro sobre las polémicas que mantuvieron Richard Dawkins y Stephen J. Gould**, José Manuel Sánchez-Ron habla de ellos en el artículo, y de sus diferentes perfiles personales y científicos, y también ideológicos. Alfonso y yo, desde nuestra común navegación al lado de Faustino Cordón, siempre hemos sido más de Gould, en cuanto a teoría evolutiva, en una tradición que hemos entendido consistentemente darwinista***. Sin embargo, en el artículo se presta más atención a lo ideológico, incluyendo la actitud de ambos autores ante la religión. Dawkins, "liberal", y Gould, "socialista", ambos términos en su idiosincrático sentido estadounidense. En mi correo de respuesta, escribí esto: "Leí hace años el libro de Gould sobre ciencia y religión****, y me pareció muy astuto, muy fino. A Dawkins, ateo militante (y en teoría, solo en teoría, "uno de los nuestros") lo sigo en twitter, y hay que ver cómo habla de los 'socialistas' del Partido Demócrata (Sanders y compañía, que sí son de los nuestros), dice cosas que podría firmar Trump."

No hacía mucho tiempo que Alfonso y yo habíamos comentado un "cruce" atípico análogo entre ideología y teoría biológica en las primeras décadas del siglo pasado, con motivo de otro artículo intercambiado*****. No hay biología sin biopolítica, al parecer. Ernst Haeckel, autor fundamental en la historia del darwinismo y el evolucionismo, y en esa perspectiva histórica también "uno de los nuestros", fue un ferviente defensor del nacionalismo y el imperialismo alemán, además del darwinismo social y la eugenesia. Fue uno de los autores más respetados por los ideólogos nazis. En cambio, uno de sus discípulos, Hans Driesch, destacado representante del neovitalismo (que solemos asociar a un oscuro conjunto de fuerzas, impulsos o espíritus vitales) promovió el pacifismo y el universalismo, lo que le costó su puesto académico. Por su parte, en aquellos funestos años, Heidegger, ese admirador de Hitler al que dedico tantas horas de estudio (intentaré dejar claro algún día por qué) fue un profundo crítico del biologismo en todas sus formas. 

Recordemos, en fin, lo que decía Ernst Bloch, citando a Lenin: "el idealismo inteligente está más cerca del materialismo inteligente que el materialismo tosco".


* https://elcultural.com/gould-versus-dawkins

** Kim Sterelny. Richard Dawkins contra Stephen Jay Gould. Ed. Arpa, 2020.

*** Entre mis libros favoritos de evolución, y en mi biblioteca, está The structure of evolutionary theory (Belknap Press: Cambridge, 2002), de Gould, un verdadero placer para la lectura. Alfonso me regaló  Ontogenia y filogenia. La ley fundamental biogenética (Crítica: Barcelona, 2010) una vez que fui a dar una charla a su instituto. La ley biogenética de Haeckel, claro.

**** Stephen J. Gould. Ciencia versus religión: un falso conflicto. Crítica: Barcelona 2007.

***** Giuseppe Bianco. Philosophies of life. In: P. Gordon, W. Breckman (Eds.). The Cambridge History of Modern European Thought, Vol. 1. CUP: Cambridge, 2019.



martes, 9 de junio de 2020

164. McEwan y los gorriones de Yeats

Me siento interpelado, aludido, por McEwan en su búsqueda insomne de un verso de Yeats a través de la trama de su biblioteca y su memoria adolescentes*. Así viven los versos en nuestra memoria (en nuestro cuerpo), como los memes de Dawkins, atrapados y atrapándonos; ocultos en las "galerías del alma" (Machado), dejando a veces mínimamente al descubierto esa clave que nos permitirá "reproducir su movimiento original" (De memoria, Aristóteles) y devolvernos así fugazmente momentos anteriores, pequeños, intensos y hondos, también luminosos, de nuestra vida.

Me gustaría imaginar que el novelista encontró un buen día (una buena noche) estos QSY (§128) en su inquieto (y al parecer productivo) confinamiento, y que también anduvo persiguiendo versos de Yeats, él sí, en sus propias huellas adolescentes, sin recurrir a Internet. Ahí están enterrados nuestros versos, en la arqueología profunda de lo que venimos siendo. Podría imaginar también, por qué no, que aquella búsqueda del Ozimandias de Shelley (también con la ayuda de Internet) resuena en otro lugar de su texto (§143). "El propio tiempo está cambiando. Se extiende por una vasta llanura a nuestro alrededor, dispersándose, quizá a punto de desaparecer."

¿Qué homeros de nuestra paideia podemos compartir con un escritor tan admirable como McEwan? ¿Cómo, viniendo de lenguas diferentes (de poetas casi siempre diferentes), podemos encontrarnos en esa inmensa casa del ser** que es el lenguaje humano?

Del poema que buscaba McEwan hay tres versiones (de 1891, 1892 y 1925***), y solo las dos últimas fueron publicadas. Estos son los versos (primer cuarteto, 1892) que él buscaba aquella noche (The Sorrow ofLove):


"The quarrel of the sparrows in the eaves,
The full round moon and the star-laden sky,
And the loud song of the ever-singing leaves
Had hid away earth's old and weary cry.
(...)"
                                                 
"La disputa de los gorriones en el alero,
La luna llena completa y el cielo cargado de estrellas,
Y la canción potente de las hojas eternamente sonoras
habían ocultado el antiguo y cansado lamento de la tierra."

Un placer, Sr. McEwan, hasta la próxima. 



* https://elpais.com/opinion/2020-05-09/notas-sobre-el-coronavirus.html

** M. Heidegger. Carta sobre el Humanismo.

*** https://www.uv.es/fores/poesia/sorrowlove.html



miércoles, 1 de abril de 2020

145. Inferno (apuntes)

Como trabajo de preparación (propedéutico) del ensayo sobre la ideología que quién sabe si haré alguna vez, quiero construirme, "en plan" Dante, un Infierno al que enviar algunas cosas que he recogido estos días en la Red. No incluiré nombres propios, no me importa quiénes sean los vehículos de esas ideas (si es que pueden merecer tal denominación; cosas, decía, o mejor, memes, en el sentido biológico que R. Dawkins da a este término*). A los efectos de mi Infierno, es irrelevante quién haya dicho qué; la cuestión es, por ponerlo en términos ontológicos, la "condición de posibilidad" de que cada una de estas frases haya sido proferida, especialmente en este momento de angustia colectiva. Uno de sus ingredientes principales podría ser eso que intento entender como ideología. Esa es mi hipótesis. No se trata, obviamente, de frases anónimas, y no es irrelevante que todas ellas procedan de personas "públicas", y de ese género difícil de definir (porque probablemente no sea un género unitario), el de los "políticos".

No busco, sigo mi propia recomendación de §132, pero son cosas que me llegan rebotando a través de la Red (no al azar, obviamente) y que de momento no quiero olvidar.

(...)

Rectifico, prefiero olvidarlas, o al menos intentarlo. Aquí había una lista que iba creciendo cada día, como crecen también, día a día, los datos terribles y también los esperanzadores de esta epidemia. No vale la pena registrarlas aquí, son frases públicas, están en la Red. Así no las olvidaremos colectivamente. Que se vayan al infierno. Silencio, que hay mucha gente (buena) trabajando.


* Aquí hay una buena descripción de la noción de meme: https://es.wikipedia.org/wiki/Meme
No quiero tomarla al pie de la letra, aunque me parece interesante, como propusieron aquí también J. Mosterín o C. Castrodeza, explorar la huella biológica del pensamiento y de las ideas (del mismo modo que se ha explorado la de las palabras, p. ej.); pero me gusta especialmente cuando Dawkins asimila la supervivencia y proliferación de un meme a la de un parásito cerebral (p. ej., en hormigas). No es mala metáfora.