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sábado, 10 de junio de 2023

303. El "poder" de las vanguardias (y el cinismo de un pacto)

 Decía Freud que, en su exploración de los rincones desconocidos del alma humana, siempre que descubría un nuevo ámbito de estudio para la ciencia, algún poeta había estado allí antes que él. Algo parecido ocurre en la política, que trata, como enseñó Aristóteles, no de lo que es (objeto de la ciencia), sino de aquello que puede ser de una u otra manera. En algunos frentes de avance político y social (pienso ahora en el feminismo, el ecologismo y el animalismo*), hay personas, activistas, que llegan antes porque van "haciendo camino", en ocasiones de modo ruidoso, escandaloso y algo teatral. Otros, más calculadores (maquinadores, por decirlo con un término que Heidegger desarrolló en un sentido iluminador), aprovecharán después esos mismos caminos para mostrar al mundo adónde lleva ("como no podría ser de otra manera"), no la imaginación y la audacia, sino la necesidad y el sentido común. Son aquellos y no estos, sin embargo, como cantó el poeta (comunista)**, "los imprescindibles" ("die Unersetzlichen"***).

*El activismo del que aquí se habla (docta spes, para decirlo con Bloch) es, precisamente, el que ha elevado el feminismo a la lucha por la dignidad de la diferencia humana, el ecologismo a la lucha por la supervivencia de la biosfera, y el animalismo, no solo a la defensa de los animales no humanos, sino, también y más allá, a la reivindicación de la condición esencialmente animal del ser humano.

**Ver nota al pie en §257.

***"Los insustituibles", en una traducción más precisa y también más al caso del pacto político reciente (y cínico) que aquí se comenta.



miércoles, 31 de agosto de 2022

274. Eufemismos

 Ayer murió Mijail Gorbachov, último Secretario General del PCUS y uno de los principales ejecutores de la liquidación de la URSS. Como era de esperar, su muerte es una buena piedra de toque para explorar el estado del anticomunismo actual. El anticomunismo, ya no como idea o como conjunto de argumentos, tantas veces repetidos y discutidos (en eso, en combatirlo, consistió en gran medida nuestra educación política), sino como clima cultural, como marco cognitivo, como elemento incorporado prerreflexivamente a nuestro mundo de la vida (Lebenswelt). Comento aquí brevemente dos artículos de hoy mismo, bien pensados (a pesar de la evidente prisa) y bien escritos, pero algo desarticulados, desencajados, en su estructura lógica. No soy nada partidario de las discusiones puramente formales (una secuela, quizás, de aquellas argumentaciones interminables y agotadoras), y sonrío cuando leo lo que Heidegger escribió sobre la lógica (como puro y frío ejercicio académico, de escasa utilidad), pero creo que tengo algo así como un sentido interno (con permiso de Avicena) que me indica cuando algo "no cuadra".

Leo esta mañana, también deprisa, un artículo de Rafael Poch* donde coloca a Gorbachov en su Panteón personal junto a Mandela, Gandhi, Ho Chi Minh y el Che Guevara. Nada que objetar al Panteón, mayoritariamente comunista, por cierto, salvo por la nueva incorporación (y su problemática lógica). El autor analiza en detalle y con conocimiento histórico profundo el periodo final de la URSS y el papel que tuvieron en él diferentes dirigentes políticos. Si las consecuencias de las políticas de Gorbachov tuvieron un impacto tan negativo, durante décadas, sobre la población del país (y su esperanza de vida), si además supusieron una rendición efectiva frente al imperialismo (más que el mero "fin de la Guerra Fría"), ¿basta con concluir que el balance de Gorbachov es "muy, muy ambiguo"? 

Por la tarde leo un articulo de Pablo Iglesias** que en varias ocasiones hace referencia al anterior. Aunque escrito desde un punto de vista que me resulta más afín, la estructura (y la luxación, por decir así, lógica) es similar a la del artículo de Poch. Dice Iglesias, como conclusión, de nuevo, de los desastres, las concesiones y las derrotas que sucedieron a la desaparición de la URSS:

"La URSS no era un régimen defendible, pero que su desaparición alejó a la humanidad de un futuro humanamente viable es también una evidencia. Decirlo hoy supone saltarse los infames consensos mediáticos y políticos pero no es más que decir la verdad, la puñetera verdad, frente a los necios."

Ay, la historicidad, ¿es que no hay ninguna consecuencia historica que sacar? ¿Ninguna responsabilidad frente al pasado y también frente al futuro? La URSS no era un régimen defendible, se dice, pero a la vista de las catastróficas consecuencias de su desaparición para el mundo entero, ¿no habría que haberla defendido entonces? Algunos lo hicieron, por cierto.

Habría que llevar esas argumentaciones hasta el final, pues, y dejarse ya de eufemismos al hablar del comunismo y el anticomunismo, esto es, de manifestaciones "suaves o decorosas", como dice la RAE, o de "consensos infames", como dice Pablo Iglesias.


* https://rafaelpoch.com/2022/08/30/luces-y-sombras-de-mijail-gorbachov-1931-2022/

** https://ctxt.es/es/20220801/Firmas/40615/urss-mijail-gorbachov-capitalismo-pablo-iglesias.htm



jueves, 2 de junio de 2022

262. Reaccionarios, irracionales, idealistas

 Comienzo a leer El asalto a la razón (Die Zerstörung der Vernunft, pero en la versión inglesa, The destruction of reason, que es la que he podido bajar fácilmente de la web) con un ánimo medio divertido, esperando que el amigo Lukács, a quien he leído siempre con gusto, la emprenda a palos con estos filósofos que, por las cosas de la vida (en varios de los sentidos posibles de la expresión), han llegado a fascinarme tanto. "Ninguna posición filosófica puede ser inocente", nos recuerda y nos advierte (discite moniti) el filósofo húngaro. Haríamos bien en no olvidarlo.

"A cualquiera que haga política le definen sus enemigos", escribía hegelianamente Pablo Iglesias en un tuit reciente. ¿También a quien haga filosofía?



sábado, 8 de mayo de 2021

212. De excesos y principios

 Como muchos, intuyo, lamenté y admiré a partes iguales la reciente retirada de Pi de la vida política ("práctica" o "activa", se entiende). Esperemos que, como se le ha pedido desde las redes sociales, no se vaya muy lejos, esto es, que con el tiempo (y cierta paz) pueda traducir o transcribir (valga la metáfora biológico-molecular) este intenso periodo de actividad política en un material teórico que viene resultando necesario. No parece, como sugiere Boaventura de Sousa, que la reflexión política (biopolítica) productiva (pragmáticamente útil) vaya a venir en este momento de la mano de filósofos o post-filósofos (de Sousa habla de Agamben y Zizek en torno a la pandemia) que "escriben sobre el mundo, pero no con el mundo"*.

Un artículo, pescado en passant en Twitter, y puesto en circulación por Pedro Vallín, reclama mi atención. Jorge Armesto, su autor, traza la figura y la trayectoria de Pi ("fulgor y muerte"**) como la de un héroe trágico***. Dos términos pivotales en el texto me parecen especialmente oportunos y me convocan al diálogo: el exceso y el principio, o mejor, los principios. Me gusta reconocer, entreverado con el discurso literario o mítico (y poético), el fondo filosófico del texto, donde encuentro la autenticidad del personaje. También a mí me ha parecido la figura de Pi, su presentación pública como dirigente que asume su papel con responsabilidad, la de un exceso permanente, excéntrico con respecto a la norma (¿la dichosa Transición?) y a lo esperado (el respeto de ciertos límites ya-siempre-asumidos-de-antemano, que son los del capitalismo neoliberal imperante, traducido a nuestra triste historia local). Por su parte, este exceso es una expresión de una "firmeza en los principios" (frase que imagino todavía escrita en los muros y los carteles de La Habana), inconmensurable con este tiempo y este lugar en que vivimos. Los principios, el principio, "lo que va primero", arché, el general en la potente metáfora aristotélica (§41, 206)

A Pi se le ha críticado, también en exceso, su "romanticismo utópico", su "épica revolucionaria", pero, hasta donde sé (he leído) desde la Realpolitik de siempre, más o menos ilustrada, o más o menos posmoderna. Algunos, muchos, intuyo, todavía pertenecemos a la tribu (tradición) de la corriente cálida de la utopía (Bloch), y esperamos cosas importantes (exaltantes, en el sentido de Celaya) de la vida, también de la vida política, la buena biopolítica (y no de la mera administración de nuestras vidas, la mala biopolítica).

Eso, que no se vaya lejos.


* https://www.sul21.com.br/opiniaopublica/2020/04/a-tragica-transparencia-do-virus-por-boaventura-de-sousa-santos/

** Esto no lo dice Armesto, pero podría decirlo. Su texto no está lejos de este título de Neruda

*** https://www.elsaltodiario.com/opinion/pablo-iglesias-jorge-armesto-se-va-el-ultimo-heroe-tragico



sábado, 14 de diciembre de 2019

116. Ciencia y/o filosofía

El viernes pasado por la tarde, final de una, otra, semana intensa de trabajo y emociones, tuve el gusto de asistir a la presentación de un libro en la librería Meta de Madrid. Se trataba de Venir a menos, texto de Brais Arribas editado ahora en castellano por la Editorial Catarata*, y editado originalmente en gallego (Vir a menos. Crítica da razón nihilista) por Auxóxere Editora**. (Bravo por los editores de nueva obra filosófica -y por los de la nueva poesía, de paso). Formaban parte de la mesa Marisa Alcaide, Teresa Oñate (autora del prólogo a la obra presentada) y el autor. Entre los asistentes éramos mayoría los alumnos y seguidores de Teresa Oñate y de la Cátedra Hercritia***. Como es habitual en las reuniones de este grupo -allí se empezó a hablar de "escuela"-, la sesión fue cálida, acogedora y densa de ideas y sugerencias.

Comparto en gran medida el debolismo vattimiano que inspira la reflexión planteada en el libro, y sus consecuencias prácticas, políticas, para un ecopacifismo que, sin embargo, se muestra mucho más consistente en su estrategia que en su táctica (por decirlo en unos términos claramente explicados por Toni Negri en una entrevista de hace unos años con Pablo Iglesias****). En un plano más teórico, siento un pequeño choque, en sentido fichteano (Stoβ), que me pone alerta cuando oigo hablar de la crítica al cientifismo, esto es, al sistema científico-tecnológico actual como referencia o límite absoluto del pensamiento. Comparto también esa crítica, sin duda, la comparto incluso con Giovanni Reale*****, que la hace desde un pensamiento greco-cristiano excesivamente ideológico (y que será objeto de un próximo QSY). Sin embargo, será acaso mi condición de híbrido científico-filosófico, con cierta experiencia ya en ese raro y complejo límite, lo que me aconseja siempre prudencia infinita en las críticas dirigidas a la práctica científica actual. Como le dije al propio Brais Arribas en una conferencia suya de hace un tiempo, los desarrollos tecnológicos actuales (y en muchas ocasiones exactamente los mismos desarrollos) pueden servir para jugar, para matar o para curar. Y algo análogo ocurre también, creo, en un nivel teórico. Es imprescindible, especialmente en esta época, diferenciar nítidamente el pensamiento científico del cientifismo. La reflexión filosófica actual debe asumir e integrar el pensamiento científico sin caer en el cientifismo, y ahí está muchas veces, por decir así, en la cuerda floja. Eso la hace aún más interesante.



* Brais Arribas. Venir a menos. Crítica de la razón nihilista. Ed. Catarata, 2019.

** Brais Arribas. Vir a menos. Crítica da razón nihilista. Auxóxere Editora, 2019.

*** https://www.catedradehermeneutica.org/

**** https://www.youtube.com/watch?v=BOpTvdOXF9U

***** Giovanni Reale. La sabiduría antigua. Terapia para los males del hombre contemporáneo. Barcelona: Herder 2000. (Nótese el subtítulo deliberadamente orientado a la autoayuda.)