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martes, 9 de junio de 2020

164. McEwan y los gorriones de Yeats

Me siento interpelado, aludido, por McEwan en su búsqueda insomne de un verso de Yeats a través de la trama de su biblioteca y su memoria adolescentes*. Así viven los versos en nuestra memoria (en nuestro cuerpo), como los memes de Dawkins, atrapados y atrapándonos; ocultos en las "galerías del alma" (Machado), dejando a veces mínimamente al descubierto esa clave que nos permitirá "reproducir su movimiento original" (De memoria, Aristóteles) y devolvernos así fugazmente momentos anteriores, pequeños, intensos y hondos, también luminosos, de nuestra vida.

Me gustaría imaginar que el novelista encontró un buen día (una buena noche) estos QSY (§128) en su inquieto (y al parecer productivo) confinamiento, y que también anduvo persiguiendo versos de Yeats, él sí, en sus propias huellas adolescentes, sin recurrir a Internet. Ahí están enterrados nuestros versos, en la arqueología profunda de lo que venimos siendo. Podría imaginar también, por qué no, que aquella búsqueda del Ozimandias de Shelley (también con la ayuda de Internet) resuena en otro lugar de su texto (§143). "El propio tiempo está cambiando. Se extiende por una vasta llanura a nuestro alrededor, dispersándose, quizá a punto de desaparecer."

¿Qué homeros de nuestra paideia podemos compartir con un escritor tan admirable como McEwan? ¿Cómo, viniendo de lenguas diferentes (de poetas casi siempre diferentes), podemos encontrarnos en esa inmensa casa del ser** que es el lenguaje humano?

Del poema que buscaba McEwan hay tres versiones (de 1891, 1892 y 1925***), y solo las dos últimas fueron publicadas. Estos son los versos (primer cuarteto, 1892) que él buscaba aquella noche (The Sorrow ofLove):


"The quarrel of the sparrows in the eaves,
The full round moon and the star-laden sky,
And the loud song of the ever-singing leaves
Had hid away earth's old and weary cry.
(...)"
                                                 
"La disputa de los gorriones en el alero,
La luna llena completa y el cielo cargado de estrellas,
Y la canción potente de las hojas eternamente sonoras
habían ocultado el antiguo y cansado lamento de la tierra."

Un placer, Sr. McEwan, hasta la próxima. 



* https://elpais.com/opinion/2020-05-09/notas-sobre-el-coronavirus.html

** M. Heidegger. Carta sobre el Humanismo.

*** https://www.uv.es/fores/poesia/sorrowlove.html



domingo, 16 de febrero de 2020

133. Auden

Como me ocurrió hace unas semanas con Yeats (§128), encuentro ahora por los caminos de Twitter unos versos de Auden que reclaman mi atención. Ya leídos y olvidados, o no recordados, porque los acabo encontrando también en mi Auden*. ¿Será verdad eso que dice Heidegger, que es más importante lo que olvidamos que lo que recordamos?

"How should we like it were stars to burn
With a passion for us we could not return?
If equal affection cannot be,
Let the more loving one be me."

                                             The more loving one

Intento aquí mi propia traducción, algo arriesgada, en la que coincido solo en parte con la de Eduardo Iriarte:

"¿Cómo nos parecería que hubiera estrellas que ardieran
por nosotros con una pasión que no pudiéramos corresponder?
Si el afecto no puede ser igual,
Que el más amante sea yo."

En lo ontológico-cosmológico, lo mismo que en lo afectivo (si no se trata de lo mismo en ambos casos), es mejor dar que recibir. 


* W. H. Auden. Canción de cuna y otros poemas. Selección, traducción y prólogo de Eduardo Iriarte, Barcelona: Ed. Lumen, 2006.




jueves, 9 de enero de 2020

128. Yeats


"Had I the heavens' embroidered cloths,
Enwrought with golden and silver light,
The blue and the dim and the dark cloths
Of night and light and the half-light,
I would spread the cloths under your feet:
But I, being poor, have only my dreams;
I have spread my dreams under your feet;
Tread softly because you tread on my dreams."

                                                        He wishes for the cloths of heaven

Cómo se encuentra uno con un poema, cómo le sale al encuentro, aunque lo haya leído ya antes. Hay un (una) personaje de la película Late night que recita algunos versos de este precioso poema mientras se dirige a una entrevista de trabajo con el (la) estupendo(a) personaje de Emma Thompson. Y ahí está el poema, esperándonos siempre. 

Estaba, aunque algo oculto, en mi edición bilingüe de Ed. Lumen*, que tengo bien leída,  (nunca acaba de estar del todo "bien leída" la poesía, y Yeats tiene muchas maravillas). Como no me convence la traducción (el eterno tema de la traducción de la poesía: cada uno tenemos la nuestra), intento la de los tres últimos versos (que es como yo los entiendo):

"(...) Pero yo, que soy pobre, solo tengo mis sueños;
He extendido mis sueños bajo tus pies;
Pisa suavemente porque estás caminando sobre mis sueños."


* W. B. Yeats. Antología poética. Barcelona: Ed. Lumen, 2005.