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miércoles, 19 de enero de 2022

247. Si me das a elegir

 Sé que no tiene mucho sentido tan siquiera plantearlo o mencionarlo, pero son cosas que, quién sabe por qué, se le ocurren a uno conduciendo por la M-30 camino del trabajo. Y que el condicional retórico, tan improbable, solo se lo plantea uno a sí mismo como escuchando la canción de fondo*, algo que pasa con frecuencia cuando se va conduciendo. Pues eso...

Hay una perspectiva, que a veces, como ahora mismo, me parece interesante, en la que, malgré tout y con perdón de la neurociencia y la neuro-profesión, si me das a elegir entre Giner de los Ríos y Ramón y Cajal, creo que me quedo con el primero**. 


* También me quedo, entre las versiones de esa canción, con la de Antonio Vega, tan frágil y verdadera.

** De momento, solo quería dejar anotada esa perspectiva, o esa conclusión. Habrá que explicar en algún momento la intuición de partida (que suelen ser fugaces y también frágiles), pero algo tienen que ver, sin duda, mis recientes lecturas de La tradición de la intradición, de Víctor Méndez Baiges (Tecnos, 2021). Lecturas que todavía prometen mucho. 



martes, 14 de abril de 2020

150. Hoy es 14 de abril

Muchos de nosotros no tenemos que decir nada más para entendernos: hoy es 14 de abril.

Lo que fue, lo que podría haber sido y lo que podríamos ser hoy.

Quizás lo soñó Francisco Giner de los Ríos en los últimos versos de la elegía de Machado.

"Allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España."


Viva la República.


viernes, 15 de marzo de 2019

43. Tohoku

En estos momentos de especial activación política, sigo pensando (entrada de 17/02/2019) en lo que puede uno solo. Un hombre, un voto. Uno entre los otros, entre todos. Como vértice, como quicio, como alma (Machado en homenaje a Francisco Giner de los Ríos). Qué puede un hombre (Homo) solo, también en la tragedia.

Hace unos años participé (por mi trabajo en un banco de cerebros) en una jornada científica en torno a una molécula prometedora para el posible tratamiento de algunas enfermedades neurodegenerativas. Otro de los participantes en esa jornada, el más eminente, era Masayuki Yamamoto, experto reconocido en el campo. Sin embargo, en aquella jornada, Yamamoto no nos habló de la molécula ni del sistema celular del que forma una parte clave. Habló de su proyecto más reciente y más grande, el Tohoku Medical Megabank Project, creado literalmente sobre las ruinas del terremoto (y el tsunami) de Fukushima. Para recordar y precisar las dimensiones humanitarias y sanitarias de aquella catástrofe, cito y traduzco de un artículo suyo (como autor principal entre otros muchos) sobre el proyecto (publicado en julio de 2016)*:

"El Gran Terremoto del Este de Japón (GTEJ) del 11 de marzo de 2011 causó un daño profundo en extensas áreas de la costa del Pacífico de la región japonesa de Tohoku. El tsunami impactó sobre la parte nororiental de la isla de Honshu, y las prefecturas de Iwate, Miyagi y Fukushima sufrieron graves daños. En total, se perdieron 15827 vidas humanas en estas tres prefecturas, y hubo 2559 desaparecidos. El 10 de diciembre de 2015 todavía había 182000 evacuados por todo el país. Casi el 80% de los hospitales de las prefecturas de Iwate, Miyagi y Fukushima sufrieron daños, que afectaron gravemente a los servicios médicos prestados por estos centros."

Yamamoto nos presentó serenamente, también con imágenes, estos datos terribles, incluidas las consecuencias devastadoras de las fugas radiactivas de la central nuclear de Fukushima. Antes de pasar a presentarnos el gran proyecto de biobanco regional que el gobierno japonés se propuso desarrollar muy poco después de la catástrofe, se detuvo unos momentos en las consecuencias que tuvo el terremoto para la Facultad de Medicina de la Universidad de Tohoku, donde él era Decano. La facultad quedó destruida en su totalidad, y la mayor parte del personal murió en el terremoto. Como conclusión de esta parte de su conferencia, Yamamoto mostró una foto en la que aparecían, sentados o de pie, todos los supervivientes de la Facultad, que permanecieron allí, para ayudar y comenzar a reconstruir, en los días siguientes a la catástrofe. Creo que en la foto no habría más de 50 personas, agotadas y desoladas, algunas con mascarillas. Yamamoto estaba en el centro del grupo, sentado y sonriendo. "Se preguntarán ustedes por qué aparezco yo sonriendo en la foto. Porque si me echaba a llorar, entonces lloraríamos todos".

 * Kuriyama S et al. The Tohoku Medical Megabank Project: Design and Mission. J Epidemiol. 2016 Sep 5;26(9):493-511. [Se han eliminado las referencias bibliográficas del texto, y una referencia a una Figura.]