Mostrando entradas con la etiqueta Thunberg. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Thunberg. Mostrar todas las entradas

viernes, 1 de septiembre de 2023

335. Las manos sucias de Goethe

 Vuelvo a enredarme con una cita poética de Riechmann, de nuevo procedente de su Simbioética*, libro denso que conviene leer despacio para no perderse nada. Se trata, avanzo, del eterno problema de la izquierda en torno a qué / cómo / quién (debe) hacer. Como cuando en estos QSY, no hace mucho, comentaba a Edgar Morin (§280) y Bruno Latour (§291). Todo bien, adelante, el camino (ideológico, humano, vital) está claro, ¿y ahora qué? ¿Cómo actuar políticamente en un mundo donde la (geo)política se hace con misiles y tanques, con magnicidios y mazmorras?** ¿Cómo ser pacifista en un mundo siempre en guerra (latente o efectiva)? La pregunta no cuestiona el pacifismo como principio moral y político, que no es cuestionable; es más bien modal: ¿cuál es el modo en que podemos ser hoy realmente pacifistas? Y, desde el pacifismo, combatir los males del mundo. Combatir, que implica algún grado o tipo de violencia, estatal o no, literal o figurada. Me atrae el debolismo de Vattimo, ¿pero puede tener hoy realmente alguna efectividad política?

Todo eso evocan los versos de Goethe que Riechmann trae a su discurso sobre la acción política posible frente al deterioro de la vida en el planeta (Gaia). Y lo hace de la mano de su colega y maestro F. Fernández Buey (en nota a pie de página). "Aquella siniestra copla de Goethe que aprobó Marx", dice Riechmann, en un tono más bien excesivo.

"Sollte diese Qual uns quälen
Da sie unsre Lust vermehrt,
Hat nicht Myriaden Seelen
Timur's Herrschaft aufgezehrt.?"
 
(de A Zulaika, en el Diván occidental-oriental)
 
"Quién lamenta los estragos
Si los frutos son placeres?
¿No aplastó miles de seres
Tamerlán en su reinado?***
 
 Marx cita los versos de Goethe, no sin ironía, al final de su artículo "La dominación británica en la India", de 1853, donde viene a decir que la ocupación y explotación de la India por Gran Bretaña dio lugar allí a cierta revolución social:

"Bien es verdad que, al realizar una revolución social en el Indostán, Inglaterra actuaba bajo el impulso de los intereses más mezquinos, dando pruebas de verdadera estupidez en la forma de imponer esos intereses. Pero no se trata de eso. De lo que se trata es de saber si la humanidad puede cumplir su misión sin una revolución a fondo en el estado social de Asia. Si no puede, entonces, y a pesar de todos sus crímenes, Inglaterra fue el instrumento inconsciente de la historia al realizar dicha revolución. En tal caso, por penoso que sea para nuestros sentimientos personales el espectáculo de un viejo mundo que se derrumba, desde el punto de vista de la historia tenemos pleno derecho a exclamar con Goethe: (...)" ****

 Las manos sucias de la Historia, "Las manos sucias" de Goethe, podríamos decir, antecesor en esto de Sartre, a quien, junto a Maquiavelo, le cayó para siempre el sambenito de teórico de las manos sucias (que son, cómo no, también las de Lady Macbeth). Sin embargo, en su obra, parece que Sartre nos quiere hacer pensar en diversos aspectos de la política, la Realpolitik, la efectividad de la acción política, la ubicuidad de los agentes políticos y de los poderes en juego, las estrategias cambiantes, sí, y también en la violencia política. Y en lo absurdo que puede llegar a ser todo ello. Absurdo, pero no irrelevante ni innecesario. 
 
Hay seres humanos, como nosotros, como "los nuestros", que quieren hacer el bien (común), hay estructuras y organizaciones políticas (incluso Estados), focos de poder más o menos efectivos, y hay grandes, inmensos, centros de poder, militar y económico, donde se decide todo lo importante. De eso hablaba Goethe (Tamerlán), y también Marx (el Imperio Británico) y Sartre (la URSS, el Pentágono y el Eje, en su obra). Greta Thunberg, tan joven, también entendió que solo en el juego de esos inmensos poderes puede estar la salvación de la biosfera (Gaia). Echando mano de cierta Realpolitik, diríamos que en una multipolaridad creciente, equilibrada y lo más pacífica que sea posible. Si es que aún es posible algo así como una salvación (Riechmann).
 
 
* Riechmann J. Simbioética. Homo sapiens en el entramado de la vida. Madrid: Plaza y Valdés, 2022. (p. 213)

** Entiéndase esto último, no en sentido equidistante, sino multipolar.

*** La traducción de los versos, más que libre, es la que figura en el texto traducido de Marx del vínculo (y la que Riechmann recoge en su texto). Me atrevo con mi propia traducción de los dos primeros:

"¿Debería atormentarnos este tormento
 Si nuestro placer multiplica ?

 **** https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/25-vi-1853.htm