martes, 19 de febrero de 2019

42. Hápax

No está delante el objetivo, sino detrás. No hay adónde ir, sino motivos para seguir yendo. Es algo que ya ocurrió lo que dará sentido, o se lo quitará, a lo que pase en el futuro. Hápax. (De Huellas, 2012)



domingo, 17 de febrero de 2019

41. El poder de comprender

Votaremos de nuevo, y pensaremos una vez más, durante un tiempo breve, que todo es posible porque, con un número suficiente de votos, las cosas podrían cambiar realmente, efectivamente. Una persona, un voto, y cada uno vota lo que quiere. Lo que quiere, no lo que se le dice en una campaña electoral. Todo está abierto, todo es posible, como en un sorteo de lotería; mejor, como en la publicidad de los sorteos de lotería, tan parecida a la publicidad electoral. De sobra sabemos, sin embargo, que no es así.

En esta democracia espectral, donde el poder que decide está fuera de la vista (y del voto), suelo pensar que el eje derecha-izquierda está estrechamente relacionado con el par egoísmo / altruismo. También podemos entenderlo, con Rorty*, en términos de lealtad: a los míos, lo mío, lo nuestro (derecha), o, además, a los otros, a todos, a cualquiera (izquierda). En tiempos electorales hay otro par de nociones que me parece interesante y posiblemente explicativo, el par comprensión / incomprensión. Las campañas de la izquierda, en general, están dirigidas a comprender, a hacer comprender los intereses en juego y el lugar que los ciudadanos ocupamos en la partida. Las campañas de la derecha tienen otros objetivos, desviar la atención y la emoción, y, en gran medida, evitar la comprensión, por parte de los ciudadanos, de las causas de sus condiciones de vida, y, en consecuencia, de la posibilidad de cambiarlas. Esto es lo que se ha entendido desde hace mucho tiempo, con Marx, como alienación. Maravilla pensar en lo que sería posible, al menos en términos electorales (por más que sepamos que no basta con eso... Allende, Tsipras, Lula, el chavismo, etc.), si una gran mayoría de ciudadanos llegara a comprender la importancia que los servicios públicos tienen para su vida. Y si votaran para defenderlos, naturalmente. Y si los siguieran defendiendo después de votar.

¿Qué relación hay entre un voto y otro voto? En términos (matemáticos) de probabilidad, ¿son sucesos independientes? Probablemente, no. En un texto de Gadamer** conocí el poderoso símil empleado por Aristóteles en Analíticos Posteriores (II 9) para explicar la formación del universal, un momento clave en el proceso que lleva de la percepción sensorial al conocimiento (y la comprensión de que se viene hablando aquí, por cierto). Aristóteles nos invita a imaginar un ejército en retirada, huyendo del enemigo. En algún momento, un soldado se detiene, oponiéndose así al movimiento general (antistántos), mira atrás y ve que ya no hay motivos para seguir huyendo. Un segundo soldado se da cuenta, hace lo mismo y se pone a su lado, y después otro y otro, y en breves instantes todos los que huían se vuelven a formar de acuerdo con el principio (arché) que los une.

Los tratados aristotélicos están llenos de imágenes evocadoras como esta, y vale la pena detenerse un momento en ella. Revela, una vez más, la fina capacidad de observación y de interpretación de Aristóteles, también de la conducta animal y humana, y la Investigación sobre los animales (Historia animalium) contiene numerosos ejemplos. Un solo soldado se detiene porque decide hacerlo, y desencadena el proceso "solidario" (otro, y otro y otro) que lleva a la reorganización del ejército. Tiene que haber un primer soldado que se detenga, pero ese primer gesto lleva a la movilización del conjunto. Basta con uno solo, y con una red de relaciones entre todos los componentes del conjunto.

Es solo un símil, una imagen, pero creo que nos permite reconocer la importancia del acto individual, significativo, en cualquier movilización social, y también en unas elecciones, donde el acto es un voto. Cada voto es, en potencia, como el gesto del primer soldado que se detiene.


* Richard Rorty. La justicia como lealtad ampliada. En: Pragmatismo y política. Ed. Paidós, 1998.

** Hans-Georg Gadamer. Acerca de la fenomenología del ritual y el lenguaje. En: Mito y razón. Ed. Paidós, 1997.




lunes, 11 de febrero de 2019

40. Leer, vivir


Hay algo magnético y perfecto en las narraciones de esos inmensos escritores-viajeros (Melville, Conrad… también Cervantes), que pertenece a la más pura esencia de las historias contadas sobre las cosas humanas. Es como si hubieran visto clara y definitivamente dentro de la naturaleza (existencia) humana, y nos condujeran narrativamente por ese espacio real y mítico, transparente. Sea como sea, o como uno sea capaz de expresarlo pobremente, hay momentos de máxima lucidez narrativa (lectora, mejor) en que nos sentimos perfectamente incorporados (en cierto modo con el narrador, pero también con los personajes) a una historia contada. Me ocurre ahora releyendo Nostromo, de nuevo una historia perfecta y perfectamente contada. Hay otras ocasiones, como en el Jude de Hardy, en que esa sensación es aún más intensa, y llega a doler (también en Tess). Pero eso tiene que ver más con la naturaleza de la historia y de los personajes. Conrad nos protege un poco de eso (también Melville); y me admira aun más que sea capaz de relatar cosas tan humanamente terribles poniéndonos a salvo del ¿sentimentalismo? (y no digamos Melville).

Todo eso no deja de ser aun un poco confuso para mí. Me quedo con el insustituible sabor y la perfección de la narración que, de alguna forma, nos permite vivir dentro de ella. No se me ocurre otra función que pudiera ser más esencial a la narrativa: vivir. (De Huellas, 2011)


sábado, 9 de febrero de 2019

39. Anaxárete


Descubro en la Oda a la flor de Cnido, de Garcilaso, a Anaxárete ("Anajérete", dice el poeta) y su mito tierno y cruel. 

"Estábase alegrando
del mal ajeno el pecho empedernido,
cuando abajo mirando,
el cuerpo muerto vido
del miserable amante, allí tendido."

Las Metamorfosis de Ovidio (XIV 698 ss.) y el Diccionario* de Pierre Grimal ("Anaxáreta") me llevan a la Venus Prospiciens (Venus Espectadora) latina. Resulta evocador dirigir la mirada, desde nuestro horizonte actual, no sé con qué tipo de inocencia perdida (si es que esta noción significa algo en este contexto) hacia esa conjunción de lo sagrado, lo bello y lo erótico. Ante la insistencia irremediable y trágica del Ifis de Ovidio

"[...] acuérdate de que el amor no se me ha ido antes que la vida [...]"

no sabe uno si quedarse con la doncella del poeta latino, horrorizada, petrificada por la visión de su adorador ahorcado a la puerta de su casa, o con la del mito griego, dura hasta el final, como la piedra en que la convierte Afrodita, esta última, por lo demás, responsable de todo el episodio. (De Huellas, 2011)


(*) Pierre Grimal. Diccionario de mitología griega y romana. Ed. Paidós, 1981 (p. 26).


Alguna inocencia perdida hay también en reconocer, en la edición de la Poesía castellana completa de Garcilaso (Cátedra, 1990), el nombre de su editora, Consuelo Burell, profesora nuestra de Lengua y Literatura en el Instituto Santamarca de Madrid, en los años 70 del siglo pasado. Profesora seria, estricta, que a nosotros entonces, ácratas naturales sesentayochistas, nos parecía un tanto elitista. Al cabo de los años, es posible que en nuestro enorme respeto por los textos haya algo del respeto que ella nos tenía como alumnos y lectores.





38. Cerebro y poesía (algo más)


Leo ahora intensamente a G. Steiner y, como cuando hace unos meses leía a Todorov, veo que hay toda una línea de la lingüística y la crítica literaria (ahí están también Chomsky, naturalmente, y Eagleton; es posible que haya todo un espectro político, ideológico), de autores que saben, por su experiencia del lenguaje, hasta qué punto puede ser éste el vehículo de la mentira, la mala fe y las falsas verdades, la propaganda, las ideas fijas, inmunes a toda crítica empírica o racional, y, como dice el propio Steiner, la “bestialidad humana”. Cuando pienso en lo que nos puede enseñar el conocimiento de la neurobiología del lenguaje, estoy pensando en este tipo de cosas; en proporcionar un apoyo, por pequeño y precario que sea, a la certeza cultural y moral de lo mejor y lo peor que puede albergar en sí y transmitir el lenguaje humano, desde la “gracia” (Steiner) de la poesía a la “bestialidad” de su manipulación política para la humillación, la degradación y el sufrimiento del hombre. (De Huellas, 2011)