viernes, 26 de junio de 2020

167. Eugénio de Andrade

"A diminuta
flor da candeia,
na mesa o pão o vinho
a rosa,
a súbita
brancura da cama aberta -
a eternidade
milimetricamente
a dividir contigo."

                  Casa do Mundo, Ofício da Paciência


     

jueves, 18 de junio de 2020

166. Regando

Regar las plantas de la terraza, cuando toca, es para mí una acción plena, una tarea que se ajusta a su momento adecuado, idóneo, y que, si hay tiempo y tranquilidad, se cumple con placer. Como otras actividades que dejan por un momento la reflexión suspendida, suelta, libre, como el piñón de una bicicleta, bien puede incorporarse a la metodología de estos QSY, junto a sus compañeras ya inscritas, la ducha (Dx) y la bici (Bx) (§18), con su propia denominación de origen (Rx). (Rx)


viernes, 12 de junio de 2020

165. Bajo el signo de la ceniza

Observo que existe un determinado tipo de personas, o de caracteres, si se quiere (por utilizar un término clásico), entre los que creo encontrarme, para quienes el impulso motivador para embarcarse en un nuevo proyecto ilusionante viene con frecuencia acompañado del temor, súbito e irrracional, de no poder llevarlo a cabo debido a una enfermedad repentina e irremediable. 

(Me parece que hubo un tiempo en que leí demasiado -y con gran placer- a Schopenhauer.)


martes, 9 de junio de 2020

164. McEwan y los gorriones de Yeats

Me siento interpelado, aludido, por McEwan en su búsqueda insomne de un verso de Yeats a través de la trama de su biblioteca y su memoria adolescentes*. Así viven los versos en nuestra memoria (en nuestro cuerpo), como los memes de Dawkins, atrapados y atrapándonos; ocultos en las "galerías del alma" (Machado), dejando a veces mínimamente al descubierto esa clave que nos permitirá "reproducir su movimiento original" (De memoria, Aristóteles) y devolvernos así fugazmente momentos anteriores, pequeños, intensos y hondos, también luminosos, de nuestra vida.

Me gustaría imaginar que el novelista encontró un buen día (una buena noche) estos QSY (§128) en su inquieto (y al parecer productivo) confinamiento, y que también anduvo persiguiendo versos de Yeats, él sí, en sus propias huellas adolescentes, sin recurrir a Internet. Ahí están enterrados nuestros versos, en la arqueología profunda de lo que venimos siendo. Podría imaginar también, por qué no, que aquella búsqueda del Ozimandias de Shelley (también con la ayuda de Internet) resuena en otro lugar de su texto (§143). "El propio tiempo está cambiando. Se extiende por una vasta llanura a nuestro alrededor, dispersándose, quizá a punto de desaparecer."

¿Qué homeros de nuestra paideia podemos compartir con un escritor tan admirable como McEwan? ¿Cómo, viniendo de lenguas diferentes (de poetas casi siempre diferentes), podemos encontrarnos en esa inmensa casa del ser** que es el lenguaje humano?

Del poema que buscaba McEwan hay tres versiones (de 1891, 1892 y 1925***), y solo las dos últimas fueron publicadas. Estos son los versos (primer cuarteto, 1892) que él buscaba aquella noche (The Sorrow ofLove):


"The quarrel of the sparrows in the eaves,
The full round moon and the star-laden sky,
And the loud song of the ever-singing leaves
Had hid away earth's old and weary cry.
(...)"
                                                 
"La disputa de los gorriones en el alero,
La luna llena completa y el cielo cargado de estrellas,
Y la canción potente de las hojas eternamente sonoras
habían ocultado el antiguo y cansado lamento de la tierra."

Un placer, Sr. McEwan, hasta la próxima. 



* https://elpais.com/opinion/2020-05-09/notas-sobre-el-coronavirus.html

** M. Heidegger. Carta sobre el Humanismo.

*** https://www.uv.es/fores/poesia/sorrowlove.html