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sábado, 9 de marzo de 2024

355. Aporías de la democracia: votar a distancia

Pienso en la distancia en relación con el voto. No en la distancia entre el votante y la urna (el voto por correo y todo eso), sino en la que separa la intención de votar de lo efectivamente votado. Lo que me separa, como perspectiva y posición política, de la candidatura a la que finalmente votaré. Sí, se trata del terreno (pantanoso) del voto útil, del menosmalismo (y todo eso). Para unas personas esa separación es mayor, para otras menor, pero me imagino que el bipartidismo dominante en estas democracias occidentales tiene que ver con eso, quiero decir, con que muy pocas personas voten lo que (como) realmente piensan. Al menos, entre las personas que piensan el voto, que esa es otra (aporía de la democracia).



lunes, 4 de marzo de 2024

354. Los buenos y el malo

 No sé bien qué marco cognitivo, estructura mental profunda o arquetipo ancestral (o lo que sea dentro de un largo elenco de entidades de este tipo) podría explicar el hecho de que, especialmente en el ámbito político, lo bueno se dice casi siempre en plural (nosotros, los buenos), mientras que lo malo suele concentrarse en una sola persona (el malo). Y ello especialmente en las declaraciones de muchos políticos (por lo general, no de "los nuestros") y en las noticias difundidas por sus medios de comunicación.



viernes, 29 de diciembre de 2023

346. Otras huellas, sonhos

 Me va ocurriendo, creo, que cada vez me importan menos mis propias huellas (Huellas) y me interesan más las otras, las de los demás, o al menos el modo y los momentos en que unas (las mías) y otras se pisan, se entrecruzan y se muestran caminos nuevos, inéditos. Será, podría ser, que ya no tengo tanto miedo a olvidar y/o que voy pensando que la memoria, toda la memoria, es en el fondo mucho más colectiva (compartida) que personal.

Encuentro en Twitter (ahora "X") la noticia de la muerte de Odete Santos, veterana militante y dirigente del Partido Comunista Portugués (PCP), miembro de su Comité Central (CC), que desempeñó cargos públicos importantes en Setúbal y fue diputada en la Asamblea de la República durante 27 años. Todo lo que hizo y promovió indica que fue una persona, una comunista, profundamente comprometida con la educación, la salud, los derechos civiles y la felicidad de los seres humanos. Una de las nuestras, y un descubrimiento para mí, porque no la conocía. 

Odete ("mulher de Abril") se interesó especialmente por la función social de la poesía, como "forma de intervención", y la nota publicada por el Secretariado del CC del PCP señala que varias generaciones la recordarán recitando Calçada de Carriche, poema de António Gedeão. Buena ocasión, pienso, para descubrir a un nuevo poeta portugués, siempre una alegría para mi ("a joy for ever", dejó escrito para siempre Keats).

Busco en mi monumental antología de poesía portuguesa, y allí (y también en la Wikipedia) veo que António Gedeão era el pseudónimo de Rómulo de Carvalho (1906 - 1997), autor multidimensional (mejor que polifacético), poeta, científico (era químico), profesor y ensayista, "Alguns dos seus poemas fazem a ponte entre uma poética de reflexão íntima do homem perante o mundo e un certo tipo de comprometimento social, sem deixarem de recorrer a uma grande liberdade de associações e uma ben doseada ironia." *

Así comienza el extenso poema, de claro compromiso social, que recitaba la dirigente comunista:

"Luisa sobe,
sobe a calçada,
sobe e não pode
que vai cansada.
Sobe, Luisa,
Luisa sobe,
sobe que sobe,
sobe a calçada.
(...)"

Mi antología recoge otro de los poemas más conocidos de Gedeão, Pedra filosofal, donde el poeta habla de los sueños y de aquellos que no saben lo que los sueños del ser humano realmente son. Me quedo aquí con los primeros versos y la última estrofa del poema.

"Eles não sabem que o sonho
é uma constante da vida
tão concreta e definida
como outra cousa qualquer,
(...)
 
Eles não sabem, nem sonham,
que o sonho comanda a vida.
Que sempre que um homem sonha
o mundo pula e avança
como bola colorida
entre as mãos de uma criança."

No debemos dejar de perseguir huellas, de cruzar las nuestras con otras en las que a veces descubrimos y reconocemos a los nuestros.


* Poemas Portugueses. Antologia da Poesia Portuguesa do Séc. XIII ao Séc. XXI. Porto: Porto Editora; 2009, p. 1282 y ss.



domingo, 26 de noviembre de 2023

341. Alcibíades, Sócrates y la democracia

 Me gusta cómo escribe Kallifatides, con una estructura narrativa y una escritura claras y sencillas. Ya dije hace unos QSY que a veces puede resultar algo sentencioso, pero eso no le resta sencillez, y con frecuencia contribuye a la claridad del texto. Hace unos días leí en su Timandra este sugestivo diálogo. (Timandra es la amante más bien unilateralde Alcibíades, y es también quien nos narra la historia de la novela).

"Estaba contenta gracias a él, y con frecuencia me ponía de su parte cuando Sócrates se empeñaba en aguarle la fiesta con su crítica constante y, desgraciadamente, cierta.

¿Qué sabes tú que no saben los atenienses? le preguntaba. ¿Por qué quieres gobernarlos? ¿Qué sabes tú lo que es el bien y el mal?

Por supuesto, a Alcibiades no le faltaban respuestas, pero Sócrates se las echaba abajo una tras otra, hasta que Alcibíades no tenía nada que decir y caía en un estado de melancolía que, por suerte, le duraba poco.

Pero ¡¿por qué no le preguntas a los atenienses?! le grité una vez. ¿Por qué no les preguntas por qué quieren que sea su general?

¡Exactamente! dijo Alcibíades, en tono triunfalista.

Sócrates no respondió en seguida, y sabíamos que cuanto más tardara en hablar, peor quedaríamos nosotros.

¡No preguntamos al asno por qué quiere albarda! ¡Preguntamos al arriero!

¡De modo que todos los atenienses son unos asnos! grité, defendiendo la democracia con una vehemencia histriónica.

Cada ateniense, considerado como individuo, no es un asno. Pero todos los atenienses en conjunto se tornan asnos. Los atenienses, como todos los demás, se olvidan y se convierten alegremente en una masa necia."*

No recogería aquí este curioso diálogo (Timandra no votaría en la democracia ateniense, pero podía permitirse pegarle unos buenos gritos a Sócrates), si no me trajera, atravesando eras, a nuestra actualidad política local y cotidiana. Y no pienso solo en los votantes de derechas, sino (lo que es aun peor a efectos prácticos) en los (y las) de izquierdas. 


* Kallifatides T. Timandra. Traducción del griego moderno de Carmen Vilela Gallego. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2022. (pág. 113)