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sábado, 28 de septiembre de 2024

383. Ama

 A veces solo hay que asentir, nada más; cuando se cruzan en nuestro camino las palabras adecuadas, basta con un gesto leve de la cabeza y, si acaso, una media sonrisa, contenida. Como cuando escuchamos a un conferenciante que nos interesa.

ama et fac quod vis (Agustín de Hipona)

Eso.



viernes, 27 de septiembre de 2024

382. Abstinencia

Tantas vueltas como le doy, como le he dado, a lo que significa hacer filosofía, como algo diferente (¿complementario?) de hacer ciencia, y basta con no poder dedicarle tiempo suficiente durante unas semanas, para hacerme una idea de lo que es... por abstinencia.

Si la filosofía es eso que deberíamos hacer cuando no trabajamos (Vattimo), justamente lo que echamos de menos cuando trabajamos demasiado (en ciencia, precisamente), eso es la filosofía.



sábado, 7 de septiembre de 2024

380. Padres e hijos

Cena con hijos (con Mu, Pi y Alfa), ya adultos e independientes, siempre admirables (como quería mi cita favorita, quizás imaginaria, de Hesse [§353]). Sus vidas, entrelazadas (a veces más, y a veces ya menos) con las nuestras. Sus esperanzas y alegrías, como sus penas y preocupaciones (Sorgen), siempre también las nuestras. Calidez común del reencuentro, recordada, renovada. Comprensiones y algunas incomprensiones, sutiles, generacionales, necesarias. Momentos de vida rotunda y plena que merecerían unos versos de Jorge Guillén.

(Sí, ahí en el fondo suena, resuena, Father and son, de Cat Stevens, que (mal) recordábamos hace poco durante una cena especialmente agradable, entre copas (de vino), y también la novela de Turguéniev, y esos versos doloridos, catárticos, de Claudio Rodríguez y Eugénio de Andrade, que dejé aquí hace tiempo en suspenso.)

 

 

miércoles, 4 de septiembre de 2024

379. Los ultimos días de las vacaciones

Voy en coche, conduciendo, entre Porto do Son y Portosín. Voy a hacer un recado, no sé, no recuerdo ya de qué se trataba (aunque podría intentar recordarlo). A la derecha tengo el monte, y a la izquierda el mar y esa luz especial de estos últimos días de agosto. Reconozco esta luz, este momento (se acaban las vacaciones), e incluso algo así como el sabor especial y único de estos días. Lo que siento durante un breve instante me lleva a otros veranos anteriores aquí, en este mismo lugar, y me proyecta hacia otros que vendrán. Eterno retorno (ya quisiéramos). Estos últimos días de vacaciones proporcionan un buen material para hacer unos pequeños, breves, experimentos sobre la percepción del tiempo y la memoria.



miércoles, 28 de agosto de 2024

377. Las verdades y las voces

Reunión de verano, vacaciones, de una pequeña tribu de izquierdas, feliz, con todo. Ya en los postres, como se dice, se habla francamente de política, a pesar de los riesgos, por todos conocidos. Hablamos más alto, también más tosco, intentamos resumir en un brochazo lo que habría que pararse a dibujar con más detalle. Nos conocemos bien todos y sabemos, más o menos, lo que vamos a decir unos y otros. Intentamos argumentar, pero lo hacemos todos a la vez, y así es imposible. Hay prisa en decirlo todo, o lo más importante, o solo esa clave que nadie sabría interpretar tan bien como quien la deja caer ahí como un martillazo. Tienen razón nuestros hijos cuando dicen que todo esto es, por lo demás, cosa de machos.

Al final cunde cierta sensación compartida de desastre, de fracaso (de la tribu o de la izquierda, en esa visión un tanto burguesa de que es mejor no discutir mucho, que tanto da, si se puede pasar un rato agradable, comiendo y bebiendo y hablando de cualquier cosa). Sin embargo, quiero ver algo positivo en esos momentos de oscuridad y confusión, de arañazos a veces duraderos (¿qué argumentación política no tiene su componente retórico ad hominem?) A voces, a golpes también, todos estamos peleando ahí por una verdad común, compartida, que, si no nos parece evidente, sí creemos al menos posible (aunque cada uno de nosotros piense que es la suya, exclusivamente). Si no, ¿qué sentido tendría discutir con tanta pasión? Yo diría (y busco ahí la compañía de Vattimo) que esa verdad existe, pero que no es, por decir así, teórica, y que tiene menos que ver con los fuegos artificiales de la discusión (mucho ruido muy efímero, afortunadamente) que con eso que nos llevó a reunirnos e incluso a ponernos a hablar de política. Algo por lo que nos buscamos unos a otros y que, malgré tout, no dejamos de buscar juntos. 



lunes, 19 de agosto de 2024

376. Vacaciones, filosofía

 Me gusta la idea que sugiere Vattimo, algo informal, como el texto del que procede*, cuando dice que la filosofía, hoy, es eso que todos deberíamos hacer cuando no estamos trabajando. Bien mirado, podría decir que algo así es lo que vengo haciendo desde hace no menos de treinta años. Las vacaciones, entonces, vendrían a ser como un seminario permanente de filosofía.


* Vattimo G. Vocación y responsabilidad del filósofo. Barcelona; Herder, 2012.



sábado, 6 de julio de 2024

374. Cuidar la memoria

 Como escribió Agustín de Hipona, nuestra memoria, infinita, es un tesoro. La nuestra personal y también la memoria colectiva, común, que crea un nosotros (que nos crea). Nada de lo que hagamos en adelante debe (y, bien mirado, nada puede) dañar su sentido original ni su carácter sagrado. Esa es nuestra responsabilidad fundamental, cuidar la memoria.



sábado, 20 de abril de 2024

361. Atapuerca

Hace unos días todas las personas contratadas en mi centro de trabajo (un organismo público de investigación, por decirlo con su denominación taxonómica oficial) pasamos dos días estupendos de convivencia (así suele decirse, al parecer) visitando en Burgos el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CNIEH), el Museo de la Evolución Humana y los yacimientos (no todos) de Atapuerca. También visitamos el Centro de Arqueología Experimental de Atapuerca, no lejos de los yacimientos, y en cada lugar nos acompañó un/una guía altamente competente que nos ayudó a aprovechar al máximo la visita. Todo aquello impresiona, sin duda, y no esperaba otra cosa, pero en mi caso hubo algo más, algo de lo que me di cuenta, realmente, cuando se lo dije a Emiliano Bruner, un investigador del CNIEH que colabora con nosotros. 

Si hago un repaso rápido, puedo recordar que he estado, a lo largo de muchos años, en lugares donde he experimentado (aunque ahora lo recuerde de un modo más o menos vívido) una emoción especial por estar allí. Así, recordando de modo más bien caótico, puedo decir: la tumba de Marx, Stonehenge, algunas salas del Museo Británico, ciertos lugares del Louvre y del Musée D'Orsay, la Plaza de la Revolución de la Habana, la casa de Darwin en Kent, y la tumba de Machado en Collioure. Sin embargo, como le dije a Emiliano, cuando me preguntó qué me había parecido todo, creo que pocas veces había tenido la impresión de estar ante algo tan importante, como cuando me encontré ante los restos fósiles de Homo del Museo y en los yacimientos donde se habían encontrado. Algo importante, significativo, esencial, algo en cuyo sentido conviene reflexionar de vez en cuando.



domingo, 11 de febrero de 2024

349. Entre disciplinas

 Pensar en lo “interdisciplinario” pensando en mi propia historia y, diría también, estrategia, como en lo que se queda detenido, localizado entre varias disciplinas (como los intermundos que habitaban los dioses epicúreos). (De Huellas, 1998)



sábado, 3 de febrero de 2024

348. Ir, volver

 Entre las cosas buenas (sanas) que tiene un paseo (en bici, en este caso) está el que, por lo general, no supone ir a ningún lugar determinado. Se trata más bien, en cuanto se ha puesto uno en marcha, de volver, pero de hacerlo dando unos cuantos rodeos (muchísimos, a veces). Eso nos puede ayudar a entender algún día, quizás, como nos sugiere Cavafis, "qué querían decir las Ítacas". (Bx)

 

 

sábado, 30 de septiembre de 2023

337. Vivir y sentir

 Otro pequeño descubrimiento (en ciernes, creo), aunque en este caso se trata de una pregunta: ¿es lo mismo vivir que estar vivo, o que sentirse vivo?



viernes, 29 de septiembre de 2023

336. La intimidad y un descubrimiento

 Venimos, por diferentes motivos, encontrándonos con lo íntimo, la intimidad, por cosas que nos pasan y también por alguna cosa artística en la que hemos tenido la oportunidad de participar. Y el descubrimiento: la intimidad no es cosa de uno, sino de dos. Es, precisamente, el mundo que comparten dos personas cuando tienen la suerte de compartir un mundo. 



sábado, 26 de agosto de 2023

334. Las palabras de Silvio

 Escuchando Palabras, de Silvio Rodríguez, su especial manera de decir,

"(...)

Que se dé a cada hijo una flor y una bala.

Que se sepa que el mundo va sembrado de vidas."

(...)"

me pregunto de cuántos que consideramos "los nuestros" podemos decir que los seguiríamos adonde vayan, en lo político, en lo vital, en lo poético (que reúne todo lo demás). De pocos/as, seguramente, pero Silvio es, sin duda, uno/a de ellos/as. (Dx)



viernes, 11 de agosto de 2023

329. El blog y la ensaladilla rusa

 Me contaron que, hace tiempo, un periódico publicó una lista de restaurantes donde se hacía la mejor ensaladilla rusa, no sé si de Madrid o de España. La cuestión es que, poco después, uno de esos locales, creo que el clasificado en primer lugar, dejó de ofrecer ensaladilla rusa a sus clientes. "Es que venía todo el mundo pidiendo la ensaladilla", parece que decía el responsable si se le preguntaba. 

Desde hace unas semanas este blog ha empezado a tener muchas más visitas que antes, cuando casi podía adivinar quiénes eran sus escasísimos lectores diarios. Entiendo el vértigo de la ensaladilla rusa. 



viernes, 28 de julio de 2023

322. Una calle filosófica

No es la primera vez que veo pasar la vida por la calle del taller de mi coche. Escribo sobre el molde, quizás, el recuerdo, de intuiciones previas, aquí, en este mismo lugar, es posible que en días parecidos, de calor, con algunas nubes en el cielo y una brisa ocasional. Alguna de esas intuiciones anda perdida, seguramente, en mis Huellas. Espero a que me entreguen el coche, en esta ocasión con los neumáticos nuevos. Hoy no hay prisa, disfruto de estos breves paseos por una calle vacía, sin gente y bastante desolada, de un polígono industrial al sur de Madrid. De vez en cuando pasa un coche, con tan poca prisa (creo, o más bien proyecto) como la que tengo yo ahora viéndolo pasar, y me pregunto semiconscientemente adónde irá, a qué tipo de vida pertenece este pequeño fragmento, esta traza ("estelas en la mar") que se me ofrece aquí ahora, tan rotunda como gratuita.

Todo esto contrasta con mi vida habitual, cotidiana, de tareas programadas, de cosas que dejar hechas, terminadas, y de actividades (pensamientos, reuniones, diálogos) precisas, concentradas, concretas.

Es en estos momentos laxos, algo atemporales, quizás, y en este espacio ajeno a mis coordenadas habituales, donde puedo ocasionalmente intuir que existe algo denso, compacto, un fluir del tiempo que habitamos (sí, también yo mismo estoy aquí protagonizando este episodio de un mundo que solo en parte y solo ahora es el mío), que podemos llamar propiamente vida. La de las pocas personas que aparecen en este escenario, y sobre todo mi propia vida, por un momento ralentizada, casi detenida, en un lugar totalmente ajeno y a la vez familiar. 



martes, 11 de julio de 2023

313. En torno a la felicidad

 En la filosofía, en la literatura, en la vida. 

La felicidad es cosa de límites, o eso parece.

Un punto de partida (también un límite).



sábado, 8 de julio de 2023

311. Nudismo plantar

 Si algo bueno y sensual tiene el verano es la oportunidad de ir descalzo el mayor tiempo posible. ("Si algo" es un decir, una fórmula retórica, porque el verano está lleno de encantos sensoriales, como el "olor a verano" de la piel de quien vive con nosotros piel-con-piel). Pasé los veranos de mi infancia descalzo por las calles y playas de aquellos lugares gallegos. Ahora, más que adulto, redescubro el placer, entonces inconsciente, del contacto permanente del cuerpo con la tierra. En lo teórico, me lo redescubrió aquel psicólogo en un curso de verano (La Rábida, Huelva, verano de 2021) durante una larga y memorable sesión de relajación. Sentirse en contacto con el suelo, sentir el peso del cuerpo sobre el sustrato que pisamos, que palpamos cuidadosamente, que acariciamos al caminar.



jueves, 6 de julio de 2023

310. Vida de un lector

 Imaginemos que en la vida de un lector, en una vida lectora, hay tres periodos principales. En una primera fase, uno intenta leer (devorar) lo más auténtico y apasionante. Se busca uno, se crea a sí mismo en la intensidad de lo leído. Después, y esta es la fase más prolongada, se lee simplemente para saberlo todo. Lo importante ahora es la extensión, la ausencia de límites. Empiezo a pensar que hay una tercera fase, más allá de lo intenso y lo extenso, en que, conocidos o intuidos los límites, uno intenta leer (también releer) lo justo, lo preciso, lo esencial, quizás solo para mantener el nivel (¿de intensidad, de extensión?) alcanzado. También el camino. En ese tercer periodo, hasta ahora solo intuido, podría estar entrando yo ahora. (Bx)