Me contaron que, hace tiempo, un periódico publicó una lista de restaurantes donde se hacía la mejor ensaladilla rusa, no sé si de Madrid o de España. La cuestión es que, poco después, uno de esos locales, creo que el clasificado en primer lugar, dejó de ofrecer ensaladilla rusa a sus clientes. "Es que venía todo el mundo pidiendo la ensaladilla", parece que decía el responsable si se le preguntaba.
Desde hace unas semanas este blog ha empezado a tener muchas más visitas que antes, cuando casi podía adivinar quiénes eran sus escasísimos lectores diarios. Entiendo el vértigo de la ensaladilla rusa.
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