miércoles, 18 de septiembre de 2019

90. Robert Frost

"A veces las palabras me plantean un sinfín de dudas y me pregunto cuál es el lugar que les corresponde. Si no sirven de algo, si no equivalen a hechos, como un ultimátum o un grito de batalla, son lo peor que hay. Tienen que ser categóricas e inapelables como cuando se descubren las cartas en el póquer, cuando no hay vuelta atrás. Mi definición de poesía (si me viera obligado a darla) sería la siguiente: palabras que se han convertido en hechos." (Robert Frost (1923), Prosas*)

Este poderoso texto me ha hecho recordar mi QSY de 17/03/2019, y me alegro de encontrar ahí alguna resonancia con el texto del gran poeta. Poesía y facticidad.


* Robert Frost, Prosas. Traducción de Dolors Udina. Ed. Elba, Barcelona, 2011.



sábado, 14 de septiembre de 2019

89. Andros

Termino, por el momento, mi silenciosa discusión (Auseinandersetzung) veraniega con Sloterdijk. La dejo para más adelante, para otro verano, quizás. Aunque encuentro su perspectiva (¿ideología?) muy alejada de la mía (me pregunto si eso fue siempre así en su caso, o si hubo alguna vez un desplazamiento), comparto el mundo cultural, literario y filosófico, del que habla con brillantez. Somos hijos, tataranietos, de la Paideia, y siempre gusta oir hablar de sus personajes y sus historias. Ahí, lo sabemos, tenemos una casa (¿de verano?).

Tengo que agradecerle también el descubrimiento de un ejemplo, un episodio, una referencia sugestiva, de esas que abundan en la Grecia clásica, aunque entiendo que me interesó más bien contra la intención de Sloterdijk al proponerlo. No consigo que me llegue a emocionar (como podría decir Carlos Boyero) el contexto, la defensa de la sofística ("la unidad irrenunciable de saber y poder") en la historia de la cultura occidental (y Odiseo como su primera encarnación), contra la impotencia (amechanía) y el resentimiento que esta genera. Como digo, esa discusión, en el tablero adecuado (el de las estructuras de poder efectivo de la sociedad actual y el de sus consecuencias en sufrimiento humano), mejor para otro momento.

El episodio que menciona Sloterdijk está en Heródoto, Historia, Libro VIII, 111. Primero, como lo cuenta el filósofo alemán: "Cuando Temístocles quiso imponer a los andrios un tributo de dinero con el argumento de que Atenas tenía dos dioses poderosos y solícitos de su lado (Peitho, la persuasión, y Ananké, la necesidad), parece que los andrios contestaron que podía que esa alianza aportara suerte a Atenas pero ellos eran, por el contrario, la patria de dos diosas menos solícitas (Penia y Amecania)."* Excusas, nos dice Sloterdijk, eso de refugiarse en la pobreza y la impotencia para no pagar. Y algo aún más inquietante: "Hoy da la impresión de que los andrios se han impuesto casi por doquier".

Vayamos a Heródoto**. El episodio tiene lugar poco después de la victoria de Salamina y, una vez vencidos los bárbaros, Temístocles ("cuya codicia no conocía freno") se dedica a cobrar el tributo debido a Atenas por las colonias, especialmente las que habían apoyado a los invasores, y así "asediaron Andros con ánimo de arrasarla." En el curso de la negociación, a la demanda (amenaza) ateniense los andrios responden que "con razón era Atenas una ciudad poderosa y próspera, teniendo en cuenta que hasta gozaba de divinidades serviciales. Dado que, por su parte, carecían de tierras hasta límites verdaderamente extremos y que dos divinidades poco serviciales, Pobreza e Incapacidad, no abandonaban su isla, sino que residían allí permanentemente, ellos -concluyeron-, como contaban con el patronazgo de esas divinidades, no le iban a entregar dinero, pues el poderío de los atenienses nunca sería superior a su propia impotencia."

Quiero señalar especialmente esta última frase, que he subrayado, y que me hace pensar en el debolismo de Vattimo, más que "pensamiento débil", como él mismo ha escrito, el "pensamiento de los débiles"***. Reflexionar sobre la impotencia, todo aquello que el poder (paradójicamente) ha establecido ya como imposible, es una manera de explorar y extender los límites de lo realmente posible. Y de llegar a saber en qué sentido(s) el poder "no es superior" a esa impotencia.


* P. Sloterdijk. Odiseo el Sofista. En: ¿Qué sucedió en el siglo XX? Traducción de Isidoro Reguera. Ed. Siruela, 2018.

** Heródoto. Historia. Traducción de Carlos Schrader. Ed. Gredos, 2000.

*** G. Vattimo. El pensamiento de los débiles. A Parte Rei 54, noviembre 2007.



88. José Ángel Valente

"Estar.
           No hacer.
En el espacio entero del estar
estar, estarse, irse
sin ir
a nada.
           A nadie.
                         A nada."

                                Al dios del lugar



martes, 10 de septiembre de 2019

87. A mí qué

En algún tiempo futuro, este "Qué sé yo" podría tener su extensión estrictamente política (de ontologia política) en otro blog de título igualmente ambiguo (y, por ello, desambiguable): "Y a mí qué". Esto (eso) podría ser una broma, o no.


domingo, 8 de septiembre de 2019

86. Inmersión

Cuando uno vuelve a las cosas de trabajo que requieren tiempo y concentración. Siempre me ha gustado la imagen de una ballena que se sumerge lenta, profundamente en un mundo silencioso y denso durante periodos prolongados. Y la satisfacción (intuyo, proyecto, antropomórficamente) de subir de vez en cuando a la superficie y respirar, con la tarea cumplida.

A veces, este blog forma parte de esa superficie.



sábado, 7 de septiembre de 2019

85. Un placer infantil


“Nunca había perdido aquel placer infantil de ver páginas cubiertas por su propia escritura.” (I. McEwan, Expiación)

Ni siquiera hace falta que sean páginas. Basta con que algo salga de la mano y de la pluma, tenga sentido y produzca alguna satisfacción. Escribir algo es haberlo escrito (enérgeia), diríamos en clave aristotélica ("vivir es haber vivido").


miércoles, 4 de septiembre de 2019

84. Sophia de Mello Breyner Andresen


“Porque os outros se mascaram mas tu não
Porque os outros usam a virtude
Para comprar o que não tem perdão.

Porque os outros são os túmulos caiados
Onde germina calada a podridão.
Porque os outros se calam mas tu não.

Porque os outros se compram e se vendem
E os seus gestos dão sempre dividendo.
Porque os outros são hábeis mas tu não.

Porque os outros vão à sombra dos abrigos
E tu vais de mãos dadas com os perigos.
Porque os outros calculam mas tu não.”

                                                               Porque