domingo, 12 de mayo de 2024

366. Inteligencia artificial y escritura natural

Mi trabajo científico, profesional, más que la moda y el entusiasmo general frente a cosas como el ChatGPT, me ha llevado a tomarme en serio la inteligencia artificial (IA). La imagen digital, en la que navego (la pantalla), frente a la analógica, que veo (el microscopio). Mayor rapidez, más precisión, mayor capacidad para guardar (memoria) y compartir con otros, y para medir, cuantificar, analizar. La posibilidad de encontrar patrones en poco tiempo, analizando cientos o miles de imágenes, algo que me llevaría (me ha llevado, de hecho) años con el microscopio (y con algo así como una mezcla de pasión y paciencia). 

Hay algo ahí, sin embargo, que me tranquiliza, o que, por decirlo de otra manera, no me escandaliza. La imagen digital, digitalizada, con la que trabajo es la misma que veo al microscopio (aunque, en muchos aspectos prácticos, resulte mejor). ¿Ocurre lo mismo con los textos? 

Mi relación con los textos escritos, si excluyo aquellos que tienen que ver estrictamente con ese trabajo científico (informes y artículos científicos, impersonales*, los primeros altamente protocolizados, y los segundos casi siempre elaborados colectivamente), es diferente; como lector (y anotador) de textos literarios y filosóficos, y como escribidor (de muchas notas y de unos pocos, esporádicos, artículos, estos sí, muy personales). 

Es posible que la IA generativa (la que puede producir textos originales por sí misma) ponga de manifiesto una diferencia más (o una esencial) entre lo científico y lo literario/filosófico. ¿Puede la IA potenciar ese carácter colectivo e impersonal (¿objetivo?) de los textos (supuestamente) científicos? Parece posible, si reducimos lo científico a los datos y eliminamos el pensamiento. Sin embargo, ¿a quién le puede interesar un texto literario o filosófico (digamos un poema, pensando con Santayana en los poetas-filósofos) no escrito por nadie

Heidegger propuso diferenciar entre la escritura auténtica (a mano) y la inauténtica (a máquina), y es posible que la IA no sea sino la extensión al límite de esa escritura inauténtica. ¿Por qué habríamos de privarnos del placer, de la dificultad, de pensar y de expresarnos por escrito? Y de reencontrarnos y reconocernos ahí (también unos a otros), como en un reflejo, en una huella o en un dolor.


* Algo que se entiende (aunque nunca lo entendí bien) que tiene que ver con la objetividad del trabajo científico. 




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