lunes, 12 de octubre de 2020

180. Científicos, técnicos, políticos y politécnicos

 Ayer publiqué aquí una entrada con este mismo título que comenzaba con este párrafo y terminaba con la cita que también incluyo:

 Este último episodio de la derecha cuasi-golpista en Madrid ha coincidido con una extraña llamada de los científicos (es decir, de algunos miembros de un buen número de sociedades científicas del ámbito sanitario) a aplicar el conocimiento científico (los datos, sin más, parece entenderse) a las decisiones políticas. "En la salud, ustedes mandan, pero no saben", reza el desafortunado título*. Desafortunado en ambos componentes del binomio, que reduce la acción de un político (gobernante, se entiende) a "mandar" (¿por qué no a "decidir", que también es reduccionista, pero algo más apropiado fuera de las cosas militares?), mientras que su conocimiento (de qué, no se especifica) se reduce a cero. 

(...)

"Cada cual en su faena / porque en esto no hay suplentes", cantó Mario Benedetti (y con él Luis Pastor).

*https://www.fesemi.org/sites/default/files/documentos/prensa/semi/manifiesto_sociedades_cientificas_a4_def.pdf

 Unas horas después de publicarlo lo releí y lo encontré demasiado amargo, demasiado triste, y lo devolví a su estado previo de "borrador". Hoy, 12 de octubre, viendo pasar coches exhibiendo banderas, me sigo preguntando por ese extraño fenómeno esencial al ser humano, la ideología (como ceguera), y por la no menos extraña y escasa cultura política de este país. También en los científicos (en el sentido amplio que parece recoger el dichoso manifiesto).



sábado, 10 de octubre de 2020

179. Claude Bernard

 “…nunca se llegará a esas generalizaciones verdaderamente fecundas acerca de los fenómenos vitales en tanto que no se haya experimentado por uno mismo y removido, en el hospital, el anfiteatro o el laboratorio, el terreno fétido o palpitante de la vida. Se ha dicho por algunos que la verdadera ciencia debería compararse a una llanura florida y deliciosa, a la que no se pudiera llegar sino después de haber subido escarpadas pendientes y haberse destrozado los pies a través de la maleza y de los espinos. Si me fuera preciso dar una comparación que expresara mi sentimiento acerca de la ciencia de la vida, diría que es un soberbio salón todo resplandeciente de luz, en el que no se puede penetrar sino pasando por una larga y fea cocina.” 

                                                            C.  Bernard, Medicina Experimental (1865).

 

 

domingo, 20 de septiembre de 2020

178. Pereza

Una de las formas de pereza que más debemos cultivar es la pereza para escribir. Cada vez que nos pongamos a escribir es preciso que tengamos muy buenas razones para hacerlo, esto es, para no hacer cualquier otra cosa, y especialmente leer.

A mí me pasa que, de repente, empiezo a pensar “como si” lo pensado fuera a quedar escrito, y ello se convierte en una necesidad a la vez que en un elemento de rigor. Hay que intentar escribir así, empujados por pequeños destellos de claridad, y si no, no. (De Huellas, 1991)



sábado, 12 de septiembre de 2020

177. La imagen de los textos

Este blog, el programa, la plataforma, lo que sea que está detrás (es una forma de decirlo) del hecho de que este texto esté disponible (visible) en la red*, ofrece diversos formatos para su visualización**.  Resulta entretenido elegir uno, y también complicado. La distribución del espacio, los colores, el espacio y el lugar ocupado por las imágenes, todo se puede seleccionar dentro de un amplio rango de posibilidades. Las imágenes, es decir, las fotografías, no plantean ningún problema porque desde el comienzo del blog decidí (aunque creo que no lo escribí) que solo incluiría textos. Recordaba e invocaba entonces el mensaje esencial de Imágenes y palabras, de Emilio Lledó, y recuerdo y traigo aquí algunos momentos ("Es tiempo la materia de la escritura") de esa colección de textos:

"Ese imperio de viento, esas tempestades visuales que anegan y asfixian la posibilidad de pensar y, por consiguiente, la posibilidad de ser, vienen acompañadas, además, de una ideología que se expresa en aforismos que parecen lugares comunes e indiscutibles. Así aceptamos con la mayor sumisión y después de haber oído el discurso de la modernidad, del futuro de la modernidad, tesis como aquella que dice que «Una imagen vale más que mil palabras». ¿Qué imagen?, ¿qué valer?, ¿qué palabras?"

"En el mundo de la visualidad, en la inundación continua de las imágenes, es más necesario que nunca el cuidado del lenguaje, el cuidado de la interpretación; de lo que hacemos con ese lenguaje para que pueda ser captador y asimilador de imágenes que lo enriquezcan y lo estimulen y para que, sobre todo, pueda rechazar ese dominio de esperpentos que nos acosa. Un dominio que somete el desarrollo de la mente a un futuro cegado por el chisporroteo de fantasmas, de espectros que lentamente nos llevan, otra vez, al fondo de aquella caverna de la que, al parecer, hace milenios habíamos logrado escapar."***

Con el maestro siempre, en esto como en otras cuestiones que se han inscrito en algunos rincones de este blog. Sin embargo, ese imperio poderoso acaba alcanzando (rozando) también a las palabras, a los textos, que también convierte, como nos recordó Bradbury (#56), en imágenes: "un texto en una pantalla no es un texto, sino la imagen de un texto." No podemos sino conceder, ante estos textos inscritos, representados, en nuestras pantallas, que de alguna forma debemos tratarlos también como imágenes; de alguna forma, esto es, con un formato determinado. Al fin y al cabo, algo parecido ocurre con los textos en papel, que sostenemos en las manos y tocamos y olemos: pueden ser de una manera o de otra, más o menos adecuada para una lectura cómoda y agradable. Solo quería decir, en suma, que, obligado a seleccionar un diseño del blog, he elegido de momento el que me parecería mejor si el texto estuviera inscrito en papel (siempre se puede imprimir, ¿y entonces?). Aquel cuya imagen se parece más a la de un texto real, aunque esto parezca escrito desde la caverna, como nos recuerda el maestro.


* Comienzo este texto en diálogo con el DRAE. Compruebo, tecno-ignorante, que "blog", "red", "web", e "internet" ya forman parte de los términos incluidos en el diccionario (aceptados, hemos dicho siempre, esa cuestión de la autoridad). Dudo al escribir "red" por si el término no es lo bastante específico, pero lo es en ese contexto (por eso está aceptado).

** Dudo también aquí al elegir el término, y de nuevo el DRAE viene en mi ayuda tendiendo un puente entre la primera acepción de "visualizar", "visibilizar" (acabo de escribirlo), y la última (quinta), "hacer visible una imagen en un monitor." Una imagen, un texto, o un texto-imagen. Sí, de eso estoy hablando, como se verá.

*** LLedó, Emilio. Imágenes y palabras. Madrid, Ed. Taurus, 1998. (pp. 152-153 y 155)



viernes, 28 de agosto de 2020

viernes, 21 de agosto de 2020

175. El orden de los textos

 Me había formulado una tarea para este mes de agosto (una tarea vacacional, se entiende) bajo el título o lema de “el orden de los textos”, título que no puede evitar evocar el de aquel texto deslumbrante de Foucault ya mencionado aquí en algún lugar, El orden del discurso (§131). Ocurre, viene ocurriendo, que estos breves textos de QSY han ido sustituyendo poco a poco a aquellos de Huellas; han ido ocupando su lugar (en el discurso) en el momento de su concepción (intuición) y elaboración (escritura). ¿Qué sentido tienen unos y otros? ¿Un sentido meramente autobiográfico (Huellas) o de expresión/reflexión de lo actual (QSY)? ¿Es posible separar ambos sentidos ante la blanda necesidad ocasional de escribir estas breves notas sobre lo que hay en cada momento? Ontología de la actualidad, enunciaba Foucault. En cuanto a lo autobiográfico, un fragmento de otro texto también deslumbrante, en este caso de Derrida*:

“La autobiografía, la escritura de sí del ser vivo, la huella del ser vivo para sí, el ser para sí, la auto-afección o la auto-infección como memoria o archivo de lo vivo sería un movimiento inmunitario (por consiguiente un movimiento de salvación, de salvamento y de redención de lo salvo, de lo santo, de lo inmune, de lo indemne, de la desnudez virginal e intacta) pero un movimiento inmunitario siempre amenazado de tornarse auto-inmunitario, como todo autos [cursiva del autor], toda ipseidad, todo movimiento automático, automóvil, autónomo, autorreferencial. Nada corre el riesgo de resultar tan emponzoñador como una autobiografía, emponzoñador para sí, en primer lugar, auto-infeccioso para el presunto firmante así auto-afectado.”

Tres años después de iniciar este QSY, este experimento gadameriano, recuerdo, es hora de devolver a Huellas su condición original (equívoca y cuestionable, por cierto) de texto escrito, en principio, solo como registro (contra el olvido), y no con intención expresiva, comunicativa. Esto último, aunque discretamente (equívocamente también), corresponde a QSY. Seguirá siendo posible, sin embargo, que algunas Huellas emerjan de vez en cuando de ese fondo reflexivo personal, como burbujas, y lleguen a formar parte del modo expresivo de QSY, esto es, que puedan ser compartidas. Sigo sin saber por qué, el experimento (ahora también derridiano) continúa, seguramente porque valga la pena hacerlo (o expresión equivalente).

 

* Jacques Derrida. El animal que luego estoy si(gui)endo. Traducción de Cristina de Peretti y Cristina Rodríguez Marciel. Madrid: Ed. Trotta, 2008.

 

 

viernes, 14 de agosto de 2020

174. Gabriel Celaya

 

"Lo que saben los hombres, lo que sufren a solas
buscándose las vueltas conscientes y atrevidos,
quemándose y creciendo más allá de sí mismos,
nos da un nuevo sentido."

                                           Gabriel Celaya, Lo demás es silencio