miércoles, 27 de noviembre de 2024

390. Insumiso

 Semanas intensas de recuerdos y emociones en torno a la biografía de Faustino Cordón, recién publicada*. Y en medio un par de congresos, con sus viajes y kilómetros correspondientes, Madrid, Barcelona (Foucault), Madrid, Valencia y, para terminar, de vuelta a Madrid. Muy interesante la intervención de F. J. Ordóñez, profesor de Historia de la Ciencia, en la presentación de la Residencia de Estudiantes (11 de noviembre) y su alusión al Estado-cadáver de Hobbes** (cualquier estado tras una guerra civil), y a la España B del exilio interior, a la que Cordón perteneció. En cuanto a la presentación del 25 de noviembre en el Ateneo, mi satisfacción por haberla, mal que bien, co-protagonizado. Fue una oportunidad (intensa, como todo lo relacionado con Cordón) de recordar aquellos años de aprendizaje y orientación. 

La memoria tiene lugar en el presente, pero es del pasado, dice Aristóteles en De memoria et reminiscencia, y esa es su aporía fundamental. Sartre, por su parte, se pregunta en El ser y la nada: "¿Cuál es el ser de un ser pasado?" Sea como sea que intentemos resolver estas arduas cuestiones, que habrían sido muy del gusto de Cordón (y que él habría planteado seguramente en términos del medio propiamente humano), este biólogo insumiso, como recoge el título de su biografía (y, por encima de todo, fáustico, añadiría yo), estuvo muy presente en ambas presentaciones. Tanto, que en la mía, que acompañé de recuerdos personales (demasiados, quizá) hice varias veces el gesto de dirigirme a él como si estuviera sentado ahí a mi lado, acompañándonos.

Los recuerdos, lo mismo que los libros, se abren y después, en algún momento, se cierran, no sin dejar algún rastro de nostalgia, de melancolía, y una estela de pensamientos sobre los pasados posibles. "Conmigo vais...", cantó el poeta, y así es, conmigo vienen aquellos años de pasión científica, aprendizaje e insumisión.


* De Miguel, E, Cordón, E. Faustino Cordón. El biólogo insumiso. Madrid: El Garaje Ediciones, 2024.

** La imagen del Estado como un cuerpo artificial se encuentra en la breve Introducción a Leviatán.




domingo, 10 de noviembre de 2024

389. Cada día

 Un poema, cada día un poema (al menos). Es una regla de higiene que me impuse hace años, leer cada día al menos un poema. Uno, "entre las voces, una". Como una de esas reglas de auto-disciplina ascética que Foucault recomendaba en sus últimos años de vida y pensamiento. Para construir la vida, la propia vida, como un arte, el arte de la vida.

No siempre lo consigo, claro, también se trata de eso (de intentarlo siempre, quiero decir). Unas veces, muchas, uno busca el poema, sistemáticamente, y al autor y su obra poética entera (la de los grandes), para estar leyéndola siempre. Otras veces, ya lo he contado en estos QSY, es el poema el que se presenta con toda su fuerza arrolladora (con frecuencia por la web). Ayer fue esta maravilla de Dylan Thomas, que ya conocía, y que seguramente sabría de memoria si me hubiera criado en inglés:

"(...)
Do not go gentle into that good night.
Rage, rage against the dying of the light."

Una hermosura, grande y triste.