viernes, 17 de mayo de 2019

60. Sobre qué


A mí me parece que reflexionar sobre lo que leemos, e intentar escribir sobre ello, es de las cosas más inteligentes que podemos hacer. Con más o menos tiempo (quién pudiera tenerlo), con más o menos acierto (quién sabe), pero hacerlo. (De Huellas, 2015)



miércoles, 15 de mayo de 2019

59. Escribir por escribir


“Nunca se había sentido destinado a la escritura, y antes de aquel verano aún menos. En el caso de que hubiera un destino, este vendría de él, de él mismo solo. Tenía que intentar marcarse un destino, y esto, por lo menos, lo sentía como una pista, como la única pista que había tenido hasta este momento de su vida; así por lo menos lo sintió ya al despedirse de la infancia: esta autodeterminación podía, posiblemente, tener lugar mediante la escritura.”
                                                                (Peter Handke, La noche del Morava*)

Qué tiene la actividad de escribir que la hace tan solemne, tan personal, tan sagrada, arriesgada y a la vez tan placentera. Escribir, inscribir, como si estuviéramos a cada momento levantando acta de un hecho histórico, proclamándolo. Como si las palabras que escribimos fueran nuestras y solo nuestras, y no de todos. Como si el gesto que queremos dejar salir y dejar caer sobre el papel como un trazo, como un rastro, fuera la propia vida íntima y verdadera haciéndose visible y permanente, como las huellas de un animal, las pisadas de unas gaviotas sobre la playa, las huellas de un dinosaurio. Mejor escribir por escribir, así, un poco al acaso, por placer, sin responsabilidad ni destino, y quizás también sin lectores. (De Huellas, 2015)

* Traducción de Eustaquio Barjau, autor, por cierto, de una excelente traducción de Conferencias y artículos, de Martin Heidegger (Ediciones del Serbal, Barcelona, 1994), que incluye una humilde y honesta Advertencia del traductor.




domingo, 12 de mayo de 2019

58. La diversidad de la izquierda

Debo agradecer a Javier Sádaba, a pesar de mi crítica (QSY 09/05/2019), que haya señalado y analizado el fenómeno del "mal menor" en las elecciones españolas desde el punto de vista de la izquierda. El "voto útil", como ha quedado consagrado en la terminología periodística, que puede dar lugar a una democracia "inútil". Si muchas personas votan, no de acuerdo con lo que piensan, sino con lo que las encuestas, los medios y las políticas dominantes les dicen que es más eficiente para que su voto se traduzca en "poder", ¿dónde queda la democracia representativa? Bueno, al fin y al cabo cada uno vota lo que quiere, eso es verdad (esa es la coartada, podríamos pensar), pero en realidad se elige entre lo que hay (y la analogía con el mercado no es casual). 

Imaginemos (phantasia) un poco. Imaginemos que las opciones de voto de la izquierda se multiplican tanto que acaban reflejando realmente la diversidad de puntos de vista de este sector político (bueno, y también de las estrategias, tácticas y los liderazgos de los distintos grupos). Imaginemos también que hemos dejado de lamentarnos en ese proceso de las "eternas luchas" y del "vidadebryanismo" autolesionista de la izquierda. Esas cosas tienen la gracia y el efecto saludable de la autoironía, pero pueden llegar a ser (con el permiso de los Monty Python) pequeños caballos de Troya del pensamiento conservador. Como en la expresiva imagen que utiliza Bernard Shaw en su Introducción a El carro de las manzanas, cada cuatro años contemplamos extasiados cómo se levanta el globo que lleva en su cesta a nuestros representantes electos (mientras alguien nos vacía los bolsillos sin darnos cuenta, dice Shaw), y corremos el riesgo de pensar que el país que somos está realmente contenido en la cesta de ese globo. No, ciertamente, si una gran parte del voto, también de la izquierda, es "voto útil", el voto del "mal menor".

Sí, ya sé, está la ley electoral (que alguna elección debería poder cambiar, si procede), y nadie quiere "tirar" su voto. Imaginemos algo más, que en vez de dos opciones para el voto de izquierda, tenemos tres o cuatro o aun más. ¿Se atomizaría el voto o se concentraría? ¿Y en qué opciones? He ahí la cuestión. No hay una respuesta teórica (o estadística) a estas preguntas; la respuesta estaría solo en el resultado de unas elecciones donde cada uno habría votado lo más próximo a su posición (visión) política personal. Y muchos, posiblemente, que hoy no votan.

Hay motivos, creo, para celebrar la diversidad de la izquierda en unas elecciones, y estaría bien que tuviéramos la oportunidad de elegir realmente entre todas nuestras maneras de ver, políticamente, el mundo. En cuanto a los candidatos, el Bernard Shaw más irónico también decía que hay dos tipos de revolucionarios: aquellos para los que el mundo no es lo suficientemente bueno, y aquellos que no son lo suficientemente buenos para el mundo. No es mal criterio para elegir.




sábado, 11 de mayo de 2019

57. Phantasia


Una pequeña observación instantánea, con cierto aire de paradoja, mientras espero a que me vengan a recoger en coche. Cuando me entrego al trabajo científico, el de los datos, los proyectos y las publicaciones, la familiaridad con el campo específico de estudio, con los resultados recién obtenidos y analizados, se convierte inmediatamente en creatividad e imaginación para llegar lo más lejos posible en las conclusiones. Sin embargo, cuando se trata de esto que hago ahora mismo, de escribir porque sí, por el gusto de hacerlo, entonces es cuando me vuelvo más preciso en la observación y anotación de lo meramente pensado y sentido. Imaginar con los datos, pero cuando se trata de la imaginación misma en marcha, convertirla en dato y registrarla. (De Huellas, 2014)