Me invitan a participar en una tertulia, que al parecer se celebrará de forma regular en forma de desayuno, en torno a la sanidad. Es una consecuencia remota, transpandémica, de aquella conferencia que recogí aquí en §99. Allí, además de hablar de algunas cosas que hago y sé, en la cena posterior a la charla me definí políticamente (más bien ontológicamente), a instancias de algunos comensales, como "heideggeriano de izquierda". Parece ser que es esa autodefinición lo que les ha llevado a invitarme amablemente a estas próximas tertulias. También por eso he aceptado con gusto.
Anoto aquí, para recordármelo ahora y en el futuro, la pregunta que debería guiarme en esas tertulias, tal como la formulé después de conocer el concepto de "lo intolerable" de Didier Fassin (§263): ¿cómo es posible que tanta gente entre nosotros esté tolerando lo intolerable, esto es, la destrucción de una de las mejores sanidades públicas del mundo? ¿Cómo es posible que no estemos haciendo nada para detener esa destrucción?