sábado, 29 de julio de 2023

323. Nec ego loquor omnibus

 Las cosas de la web, las redes sociales, los algoritmos de búsqueda y la inteligencia artificial; cosas que no dejan de sorprendernos y que parecen reclamar una toma de posición por nuestra parte. Aquí un ejemplo.

Raf Vallone (1916 - 2002), el actor y director italiano, vino a España en 1990 (lo compruebo en la web) para representar un Tito Andronico impresionante y terrible, que fuimos a ver Mu y yo con Marcial Suárez (esto último lo recuerdo bien). Entre los documentos de su padre que Mu viene clasificando y archivando desde hace unos años se encuentra una carta de Vallone a Marcial, en la que le agradece el envío de dos artículos suyos publicados en El País. Marcial se los había enviado, en junio de 1991, tras una visita de Vallone a Peñíscola, para la celebración del 30 aniversario del rodaje de El Cid. En una entrevista publicada en El Independiente (11/06/1991), el actor italiano se había mostrado muy crítico con los dirigentes comunistas europeos que celebraban la liquidación en curso de la Unión Soviética y del mundo socialista, y citaba a Lenin: "No hay revolución sin tradición." A Marcial tampoco le gustaba nada lo que estaba pasando, y no creo que le fuera a extrañar mucho, si aún viviera, la evolución posterior de todo aquello, incluyendo los desastres de la guerra actual. Así se lo explicaba en su carta: "Me permito enviarle dos artículos que he publicado en El País, de Madrid. Con ellos, quiero rendir un modesto homenaje de amigo a la firme claridad de su posición política, es decir, humana." "Humana", esto también es importante, o es lo más importante.

En su respuesta, dice Vallone que sus artículos le han recordado una cita y una idea de Petrarca, y la recoge allí en latín y en italiano. En cuanto la leo, me resulta muy sugerente y afín a otras citas o ideas que utilizo (y que diré), y  me propongo buscarla en la web. Durante varias semanas ni Google ni el dichoso ChatGPT me sirvieron de gran cosa. Parece ser que entre las virtudes de este último no está la búsqueda de textos (lo que contrasta con su demostrada capacidad para crear textos). Ayer, sentado en la peluquería, haciendo tiempo (bonita expresión, esta) mientras esperaba mi turno, encontré por fin la cita en un remoto foro de especialistas en Petrarca, dentro de una red social en la que, por cierto, tuve que registrarme trabajosamente. El texto latino que recogía Vallone en su carta estaba algo modificado, y eso debió de contribuir a la dificultad de la búsqueda. 

"nec ego loquor omnibus, sed tibi, sed mihi et his paucis quibus hec rara conveniunt"

"non mi rivolgo a tutti, ma a te, a me e a quei pochi cui si addicono queste cose eccezionali"

 El texto es del segundo capítulo de De vita solitaria, del poeta (y uno de los padres de todos ellos), y podría trasladarse al castellano así: 

"no me dirijo a todos, sino a ti, a mí, y a los pocos que comparten estas cosas excepcionales."*

"We few, we happy few, we band of brothers", escribirá unos siglos después Shakespeare (Enrique V, Acto IV, Escena III), uno de los principales seguidores de Petrarca. Amistad, humanismo y, si se quiere, algo que en algún otro lugar, por aquí, he llamado sano elitismo. Todo ello muy compatible con lo que entendemos, sanamente también, como vida solitaria, y especialmente durante las (ya inminentes) vacaciones de verano.

Rescatada la cita del laberinto de la web (Jarauta), la incorporo como una divisa principal de estos QSY. El "qué se yo" de Montaigne podría completarse así con el "para quién" de Petrarca.


* Sigma, hermano de Mu, profesor singular y apasionado de latín y griego, me sugiere (por Whatsapp) esta traducción, claramente mejor, para el final de la frase: "...sino para ti, para mí y para esos pocos con los que estas marcianadas (sic) nos hermanan." Es la lectura que habría hecho (o hizo) Shakespeare, seguramente.



viernes, 28 de julio de 2023

322. Una calle filosófica

No es la primera vez que veo pasar la vida por la calle del taller de mi coche. Escribo sobre el molde, quizás, el recuerdo, de intuiciones previas, aquí, en este mismo lugar, es posible que en días parecidos, de calor, con algunas nubes en el cielo y una brisa ocasional. Alguna de esas intuiciones anda perdida, seguramente, en mis Huellas. Espero a que me entreguen el coche, en esta ocasión con los neumáticos nuevos. Hoy no hay prisa, disfruto de estos breves paseos por una calle vacía, sin gente y bastante desolada, de un polígono industrial al sur de Madrid. De vez en cuando pasa un coche, con tan poca prisa (creo, o más bien proyecto) como la que tengo yo ahora viéndolo pasar, y me pregunto semiconscientemente adónde irá, a qué tipo de vida pertenece este pequeño fragmento, esta traza ("estelas en la mar") que se me ofrece aquí ahora, tan rotunda como gratuita.

Todo esto contrasta con mi vida habitual, cotidiana, de tareas programadas, de cosas que dejar hechas, terminadas, y de actividades (pensamientos, reuniones, diálogos) precisas, concentradas, concretas.

Es en estos momentos laxos, algo atemporales, quizás, y en este espacio ajeno a mis coordenadas habituales, donde puedo ocasionalmente intuir que existe algo denso, compacto, un fluir del tiempo que habitamos (sí, también yo mismo estoy aquí protagonizando este episodio de un mundo que solo en parte y solo ahora es el mío), que podemos llamar propiamente vida. La de las pocas personas que aparecen en este escenario, y sobre todo mi propia vida, por un momento ralentizada, casi detenida, en un lugar totalmente ajeno y a la vez familiar. 



321. El sueño de una noche de verano (1)

Venimos hablando últimamente de felicidad y de amistad, nociones muy aristotélicas y estrechamente vinculadas. Y de su fragilidad. Por aquí también cayó un rayo hace tiempo. Uno entre unos cuantos, y de los peores. Cuando nos recuperamos del primer golpe (¿se recupera uno alguna vez del todo?), recordé en Huellas tres textos que había estado rumiando durante aquellos meses. Uno de ellos era una sentencia de Epicuro y otro un poema de Emilio Prados. Habrá ocasión de volver sobre ellos, quizás. El tercero, un soneto de Lope, habla de la amistad y del miedo a perderla.

 "Yo digo siempre, y lo diré, y lo digo,
que es la amistad el bien mayor humano,
más ¿qué español, qué griego, qué romano
nos ha de dar este perfecto amigo?
Alabo, reverencio, amo, bendigo
aquel a quien el cielo soberano
dio un amigo perfeto, y no es en vano,
que fue, confieso, liberal conmigo.
Tener un grande amigo y obligalle
es el último bien, y por querelle, 
el alma, el bien y el mal comunicalle;
mas yo quiero vivir sin conocelle;
que no quiero la gloria de ganalle
por no tener el miedo de perdelle."

 


sábado, 22 de julio de 2023

320. Elecciones y valores

Mañana votaremos de nuevo. El resultado, para los más optimistas (de los nuestros), es incierto, y no acabamos de entender por qué. Hay algo de juego de azar en esto de no entender, especialmente en los últimos momentos antes de la votación. ¿Y si hubiera suerte también esta vez? (En las Elecciones Generales anteriores hubo algo de suerte, y algo [más] de inteligencia política, o de políticos inteligentes.)

Propongo, como ejercicio teórico, considerar que pueda tratarse aquí, en este momento, al menos en parte, de una cuestión de valores. O de un valor, principalmente. Sin embargo, como el heideggeriano de izquierda  más o menos perplejo (por eso mismo) que en parte soy, no me avengo bien con la noción de valor, qué no sé bien qué es.

¿"Cuando se habla del ser de los valores, por lo general, se alcanza un alto grado de confusión."*

 El valor del que hablo es la guerra. En realidad, el valor debería ser la paz, y la guerra su contravalor. Europa (en sentido amplio, desde Finisterre hasta los Urales) está en guerra, una guerra (como todas) cruel y obscena, una guerra de mercenarios (como muchas) a la que asistimos todos los días como espectadores "privilegiados". Una guerra en la que no se cuentan los muertos, porque de lo que se trata en último término es de ganarla o de que no venza el enemigo. Una guerra terrible, en fin, por más súper-tecnológica que parezca, que se alimenta generosamente para que siga existiendo.

Ese valor (contravalor), el que representa el horror cotidiano cuasi invisible de la guerra, forma parte de los valores que, a todas luces, están en alza en Europa (en sentido amplio) y pueden acabar inspirando el próximo gobierno de este país: los valores neoliberales. De alguna forma, más que metafórica, la guerra podría ganar aquí mañana las elecciones.

"(...) si la madre
España cae digo, es un decir
salid, niños del mundo: id a buscarla."**


*Heidegger, Martin. Introducción a la metafísica (1935) 

**Vallejo, César. España, aparta de mí este cáliz (1939)



lunes, 17 de julio de 2023

domingo, 16 de julio de 2023

sábado, 15 de julio de 2023

316. Pensando en el verano (in progress)

 "Medita sobre el tiempo, en los veranos
que nadie creerá que aquí pasaron.
Y si alguien regresa de muy lejos
se acuerda del amor que le robaron
los días, las semanas, los olvidos
de una hoja feliz del calendario."

                            Ramiro Fonte, Una postal para un verano de antaño

 

 

viernes, 14 de julio de 2023

miércoles, 12 de julio de 2023

314. El Sísifo de Torga

 Por suerte (luck) no lo hemos leído todo, o no (siempre) recordamos una buena parte de lo leído. Mientras tomamos unas muestras de tejido, y hablando laxamente de poesía portuguesa (siempre se habla mucho en esos momentos de especial concentración), un rotante de Braga me descubre un poema de Miguel Torga que no conozco/recuerdo, Sísifo. Él, residente de patología, lo tiene puesto delante del microscopio, en el hospital de Oporto donde trabaja, como un texto motivacional. ¿Hay un destino mejor para un poema? ¿Puede haber algo más motivacional que un (buen) poema?

"Recomeça...
Se puderes,
Sem angústia e sem pressa (...)"

Me encanta esa interpretación animosa, casi optimista, del mito de Sísifo, tan de amor fati nietzscheano, expresada con el estilo sobrio, minimalista y seco de Torga (que tanto admiró al Unamuno poeta, también seco y duro, como para llevar su nombre en su propio pseudónimo).

Me encanta especialmente el difícil juego de indicativo/subjuntivo de los últimos versos, que proyectan el poema hacia el futuro y las posibilidades de cada uno.

"Só é tua a loucura
Onde, com lucidez, te reconheças."




martes, 11 de julio de 2023

313. En torno a la felicidad

 En la filosofía, en la literatura, en la vida. 

La felicidad es cosa de límites, o eso parece.

Un punto de partida (también un límite).



sábado, 8 de julio de 2023

312. Love one another or die

 En su Simbioética*, verdadera enciclopedia del ecologismo más lúcido (el que no acepta los menosmalismos de la sostenibilidad y el greenwashing corporativo, ideológico y político), Jorge Riechmann cita en varias ocasiones el conocido verso de Auden, "We must love one another or die", debemos amarnos unos a otros o morir**. El verso es conocido sobre todo en el mundo anglosajón, donde el poema al que pertenece, September 1, 1939, tuvo una gran difusión después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, el propio Auden mantuvo una relación difícil con su poema, y siempre pensó que transmitía un mensaje confuso. Lo eliminó de algunas antologías, y solo aceptó incluirlo después de cambiar, muy significativamente, la conjunción del verso famoso: "We must love one another and die". No hay esperanza, nada que hacer contra la catástrofe, por mucho que nos amemos unos a otros. Si me das a elegir, parece querer decir Riechmann, me quedo con el Auden más optimista, el que han elegido, más allá de las revisiones del autor, sus lectores***.


* Riechmann, J. Simbioética. Madrid: Plaza y Valdés, 2022.

** Riechmann, él mismo poeta y traductor de poesía (me parecen excelentes, p.ej., sus traducciones de René Char), traduce con la debida sencillez el citado verso como "Debemos amarnos los unos a los otros o morir." Una traducción que tengo a mano, más interpretativa, dice algo mucho menos poético: "debemos amar al prójimo o morir".

*** https://www.theguardian.com/books/2019/aug/31/wh-auden-september-1-1939-poem



311. Nudismo plantar

 Si algo bueno y sensual tiene el verano es la oportunidad de ir descalzo el mayor tiempo posible. ("Si algo" es un decir, una fórmula retórica, porque el verano está lleno de encantos sensoriales, como el "olor a verano" de la piel de quien vive con nosotros piel-con-piel). Pasé los veranos de mi infancia descalzo por las calles y playas de aquellos lugares gallegos. Ahora, más que adulto, redescubro el placer, entonces inconsciente, del contacto permanente del cuerpo con la tierra. En lo teórico, me lo redescubrió aquel psicólogo en un curso de verano (La Rábida, Huelva, verano de 2021) durante una larga y memorable sesión de relajación. Sentirse en contacto con el suelo, sentir el peso del cuerpo sobre el sustrato que pisamos, que palpamos cuidadosamente, que acariciamos al caminar.



jueves, 6 de julio de 2023

310. Vida de un lector

 Imaginemos que en la vida de un lector, en una vida lectora, hay tres periodos principales. En una primera fase, uno intenta leer (devorar) lo más auténtico y apasionante. Se busca uno, se crea a sí mismo en la intensidad de lo leído. Después, y esta es la fase más prolongada, se lee simplemente para saberlo todo. Lo importante ahora es la extensión, la ausencia de límites. Empiezo a pensar que hay una tercera fase, más allá de lo intenso y lo extenso, en que, conocidos o intuidos los límites, uno intenta leer (también releer) lo justo, lo preciso, lo esencial, quizás solo para mantener el nivel (¿de intensidad, de extensión?) alcanzado. También el camino. En ese tercer periodo, hasta ahora solo intuido, podría estar entrando yo ahora. (Bx)



domingo, 2 de julio de 2023

309. Sergio

 Ayer estuvimos, Mu y yo, viendo a Sergio, nuestro sobrino, bailar. Sergio R. Suárez (así se presenta él en el mundo de la danza) es un bailarín maduro, competente y creativo (también es coreógrafo), en un grado superior, con toda seguridad, al que pueden juzgar espectadores, como nosotros, que no frecuentan habitualmente los espectáculos de danza. Solemos ir más al teatro y sabemos que el escenario es un espacio sagrado, y que quien es capaz de hacerse con ese espacio virtuosamente merece siempre nuestra admiración. Seguimos desde hace años el desarrollo cuasi-orgánico de dos obras (o series de obras) creadas por Sergio, Fetiche, una pieza magnética y encantadora sobre el deseo, y otra línea de desarrollo que va, de momento, desde I'aam hasta La Revisión. En esta última serie, baila él mismo, solo, y en audaz y valiente soledad se plantea (ahora también explícitamente, en esta última versión) enfrentarse a los rígidos patrones de género de la danza española. La ejecución de la pieza es dura, esforzada, agónica, y solo en algunos momentos parece encontrar el camino entre los movimientos impuestos por la tradición normativa, de los que intenta literal, físicamente, desprenderse. Entonces hay algo de paz y de luz, de esperanza, que por lo general dura poco, para volver una y otra vez a una lucha (consigo mismo, con su propio aprendizaje), de momento, interminable, sin final, como el propio final de la obra acaba representando en un diálogo simpático, algo crepuscular (sí, la luz se va apagando, poco a poco, como en la canción de Dylan*), también agridulce. El resultado parece incierto, pero eso lo hace aun más interesante. Seguiremos, admirados, disfrutando del camino ("proceso") que ha emprendido Sergio, bailarín inconformista y valiente.

* It's not dark yet.



308. He or she

 En una nota a pie de página del primer capítulo de su The fragility of goodness* (pp. 3 y 4), Nussbaum explica la solución que ha adoptado en el texto para el problema de los pronombres personales (he, she, he or she), en particular para no resultar reiterativa con el socorrido he or she. No es la solución, elegante y consistente con la militancia feminista de la autora, lo que más me llama la atención de la nota, sino su referencia a la República de Platón, filósofo que, dice, tiene "a good claim to be called the first feminist philosopher." En ese diálogo fundamental del filósofo, su obra más importante, según Guthrie**, se encuentra este pasaje, que Nussbaum nos recuerda en su nota:

(Sócrates acaba de concluir su descripción de las características que deben reunir los gobernantes del estado ideal.)

" ¡Has hecho completamente hermosos a los gobernantes, Sócrates, como si fueras escultor!

Y a las gobernantes, Glaucón; pues no pienses que lo que he dicho vale para los hombres más que para las mujeres, al menos cuantas de ellas surjan como capaces por sus naturalezas.

Correcto, si es que han de compartir todo de igual modo con los hombres." (540c)***

Se estima que el diálogo se escribió en 421 antes de la era común, esto es, hace casi veinticinco siglos. Como se indica en las referencias, la nota de Nussbaum es de 2001.


* Nussbaum, M. The fragility of goodness. Luck and ethics in greek tragedy and philosophy. Cambridge: CUP, 2001.

** Guthrie, W. K. C. Historia de la filosofía griega. IV, Platón. El hombre y sus diálogos: primera época. Madrid: Gredos, 1990. (p. 416)

*** Platón. Diálogos IV. República. Traducción de Conrado Eggers Lan. Madrid: Gredos, 2000.