sábado, 28 de octubre de 2023

338. Gaza, el horror

 Muy al comienzo de estos QSY me propuse no tratar aquí de "lo obvio". Sin embargo, a veces los acontecimientos alcanzan un grado de horror, de monstruosidad, de maldad, que ni un prudente (o perplejo, o impotente) silencio vale como expresión de lo ya inexpresable. Duele decir y duele, sobre todo, no decir. "Silenci" tituló Lluis Llach aquella preciosa canción, donde decía (cantaba) esos versos finales, enigmáticos y amenazadores, "ara que tinc les mans / per a canviar de guitarra." También decía (cantaba) esto otro en Campanades a mort:

"Assassins de raons, de vides,
que mai no tingueu repòs en cap dels vostres dies
i que en la mort us persegeuixen les nostres memòries."

En Gaza, los padres escriben el nombre de sus hijos en sus cuerpos para poder identificar los cadáveres, y las familias tienen que decidir si morir todos juntos o separarse para que algún miembro, quizás, pueda sobrevivir.

Asesinos, tantas miles de veces asesinos como va creciendo, día a día, el número de asesinados.
 
 

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