No sé bien qué marco cognitivo, estructura mental profunda o arquetipo ancestral (o lo que sea dentro de un largo elenco de entidades de este tipo) podría explicar el hecho de que, especialmente en el ámbito político, lo bueno se dice casi siempre en plural (nosotros, los buenos), mientras que lo malo suele concentrarse en una sola persona (el malo). Y ello especialmente en las declaraciones de muchos políticos (por lo general, no de "los nuestros") y en las noticias difundidas por sus medios de comunicación.
"Pensar es reflexionar sobre lo que se sabe." (H.- G. Gadamer) "La dificultad en filosofía está en no decir más de lo que sabemos." (L. Wittgenstein) "Hemos definido el filosofar como un preguntar que comprende a partir de una emoción esencial de la existencia." (M. Heidegger) "El hombre siempre es más de lo que se sabe de él." (K. Jaspers)
lunes, 4 de marzo de 2024
354. Los buenos y el malo
domingo, 3 de marzo de 2024
353. La realidad y el recuerdo
Algunos discípulos y colegas de mi padre (reputado neurólogo) me han contado que él solía decir, en relación con el diagnóstico, que el menos fiable de todos es el del patólogo (utilizo esta forma anglosajona del término, ya plenamente establecida entre nosotros, en lugar de "anatomopatólogo", de origen francés y cada vez más en desuso). Ya entonces, hace no menos de cincuenta años, sonaría irónico, y esa era sin duda su intención; y yo he desarrollado mi vida profesional de neuropatólogo entre neurólogos que tomaban mi diagnóstico, especialmente en sesiones clínicas (clínico-patológicas), como el diagnóstico definitivo. No todos. A veces, al terminar una sesión, aún veo algún gesto escéptico que me recuerda la frase de mi padre y, naturalmente, mis propias limitaciones como observador en un nivel de la realidad y en una perspectiva determinados (por recordar de nuevo aquí a F. Cordón, con quien mi padre mantuvo largas conversaciones sobre biología y evolución).
Ciertamente, en ocasiones lo más directo y empírico (el microscopio) parece lo más firme y verdadero, y no es así. Ocurre algo (vagamente) similar con la memoria, los recuerdos, o, para precisar más, los falsos recuerdos (o incluso aquellos recuerdos de los que no podemos saber si son falsos o no).
Llevo muchos años citando, con clara intención provocativa, una frase de Hermann Hesse que, como decimos a veces, me gustaría haber escrito yo mismo: "A los hijos no debemos educarlos, sino admirarlos." Cuando la cito suelo decir también que la leí en la correspondencia entre Hesse y Thomas Mann, un conjunto de cartas, por cierto, lleno de gestos y cosas admirables, de un altísimo respeto entre ambos amigos, aun más explícito y cuidadoso cuando había algún desacuerdo político o ideológico. Hace algunas semanas decidí buscar la cita para dejarla recogida en estos QSY... y no la encontré. Revisé las cartas de Hesse, las de Mann, especialmente aquellas en que hablan de la familia, de los hijos... y nada. Revisé también todo lo que tengo señalado (a lápiz) en el Glasperlenspiel, en Lecturas para minutos y en otros sitios, y tampoco está ahí. ¿Quizá Bajo las ruedas sea un buen candidato? ¿O es solo que parece ejemplificar la cita? En cualquier caso, tampoco ahí. ¿Es posible que la hubiera leído, no en un texto de Hesse, sino en uno sobre Hesse? Qué sé yo, produce una gran perplejidad caerse del burro de una certeza tan clara, tan evidente (y tan fácilmente falsable, por otra parte, como diría Popper)**.
Mientras tanto, quiero decir mientras no encuentre esa cita de Hesse (y aquí podría ir un emoji sonriente), podemos recurrir al socorrido consuelo de otra cita, cuya forma original se remonta a un aforismo de Giordano Bruno: si non è vero è ben trovato. Ya me habría gustado inventarme aquella cita (y también esta otra, claro), pero de momento no lo veo muy probable.
* Hesse H. y Mann T. Correspondencia. Madrid: Anaya, 1992 (año, por cierto, en que nació uno de mis hijos).
** Recordemos aquí al Wittgenstein tardío de De la certeza, a quien he dedicado bastante tiempo en los últimos meses (y también a su noción de memoria).
jueves, 29 de febrero de 2024
352. Vivir, pensar
"Cogemos la costumbre de vivir antes de adquirir la de pensar."*
Por frases como esta, supongo, me hice, hace ya muchos años ("adolescente fui", dice Cernuda), fan de Camus. Unos años después llegó Sartre y me llevó con él. Después (y también antes) llegaron muchos más, claro, y todo se hizo más incierto, rico e interesante. No sé decir desde cuándo, pero en algún momento ya estaba ahí la costumbre de pensar. Y fue gracias a ella, contra la sutil ironía de Camus, como reconocí aquella otra "costumbre", más profunda y esencial, que tampoco he abandonado nunca, de vivir (no pasivamente, sino lanzado ‒heideggerianamente, podría decirse‒ a la vida).
* Camus A. El mito de Sísifo. Traducción de Esther Benítez. Barcelona: Penguin, Random House, 2023, p. 19.
viernes, 16 de febrero de 2024
351. Escribir, volver
Ponerse a escribir como si hubiera que aprender de nuevo a hacerlo en cada momento. Siempre tanteando. (Dx)
350. Preguntas originarias
Quien quiera dedicarse a filosofar, dice Jaspers, debe hacerse antes tres preguntas (seguramente, él mismo tan kantiano en muchos aspectos, sobre todo metodológicos, recordando en cierto modo las tres preguntas de Kant).
"¿Qué determinada ciencia intentaré llegar a dominar como un especialista?
¿Cuál de los grandes filósofos voy no solo a leer, sino a estudiar a fondo?
¿Cómo voy a vivir?" *
Creo que nunca me formulé conscientemente ninguna de estas preguntas, pero a estas alturas puedo decir que es como si (también esto muy kantiano) lo hubiera hecho realmente (y como si hubiera encontrado mis propias respuestas).
* Jaspers K. La filosofía desde el punto de vista de la existencia. Traducción de José Gaos. México: FCE, 1970.
domingo, 11 de febrero de 2024
349. Entre disciplinas
Pensar en lo “interdisciplinario” ‒pensando en mi propia historia y, diría también, estrategia‒, como en lo que se queda detenido, localizado entre varias disciplinas (como los intermundos que habitaban los dioses epicúreos). (De Huellas, 1998)
sábado, 3 de febrero de 2024
348. Ir, volver
Entre las cosas buenas (sanas) que tiene un paseo (en bici, en este caso) está el que, por lo general, no supone ir a ningún lugar determinado. Se trata más bien, en cuanto se ha puesto uno en marcha, de volver, pero de hacerlo dando unos cuantos rodeos (muchísimos, a veces). Eso nos puede ayudar a entender algún día, quizás, como nos sugiere Cavafis, "qué querían decir las Ítacas". (Bx)
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