Cuando era estudiante de Medicina (y después, como médico residente), pasé unos cuantos veranos en Inglaterra, y también en Estados Unidos, incorporado a las actividades académicas y clínicas del hospital que en cada momento me acogiera: National Heart Hospital, Middlesex Hospital, Guy's Hospital, Hammersmith Hospital, Massachusetts General Hospital, Detroit Medical Center. Se trata de una peregrinación clásica (tópica) en la formación médica e investigadora española, que siempre tuvo algo de "provinciano", pero que en mi caso, como en el de muchos otros, seguro, contribuyó a ampliar mi mundo, y a que pudiera sentirme seguro y a gusto (casi) en cualquier lugar. Alejándome de lo que me era familiar, aprendí el valor de la familiaridad con lo nuevo. El papel de José Luis Barros, cirujano, amigo y mentor, en este peregrinaje y en otros episodios de aquellos tiempos, deberá ser objeto de alguna entrada futura de este blog.
Siempre que terminaba uno de esos periodos (con ganas ya de volver a casa), mi responsable local, por lo general un Jefe de Departamento, me entregaba un certificado de mi estancia, un texto estándar cuidadosamente redactado, que contenía alguna breve referencia amable a las cualidades y al futuro prometedor del estudiante. En Inglaterra, especialmente, las secretarias de esos importantes Professors (lo eran y lo parecían), se referían a este documento como el To whom it may concern. Así comenzaba el certificado, con un encabezamiento que lo dirigía "a quien (le) pueda interesar (o concernir)".
En el marco del experimento gadameriano que representa este blog, me pregunto a quién van dirigidos estos breves textos, algunos actuales y otros recuperados (recordados) de una experiencia escrita con el objetivo inmediato de conservar algo de ella (Huellas). No tengo otra respuesta a esa pregunta que la frase prudente, perfecta y tautológica que abría aquellos textos, testigos de un itinerario (huellas) durante mis años de formación: to whom it may concern.