Podría parecer, podría pensarse, que el texto anterior (§291) invoca lo irracional como fundamento del quehacer político. No, lo visceral no se explica por lo irracional ni se opone exactamente a lo racional. Un ejemplo: la mayoría de las personas que viven juntas (en un sentido amplio, que conviven y llevan vidas que se tocan y se trenzan; que, como decía Bergson, "se insinúan" unas en otras) piensan de forma similar en términos ideológicos y políticos. Familiares y amigos, las personas con quienes vivimos. ¿Ocurre eso porque hablamos mucho entre nosotros? También, seguramente, pero creo que ese lógos común se da en un marco más amplio y efectivo. Pensamos de forma similar porque vivimos las mismas cosas. Y en la profundidad del cuerpo (lo visceral) llevamos, por decirlo de nuevo con Bergson, la memoria entera de lo vivido. Nuestra memoria personal y nuestra memoria común, inseparables.
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