domingo, 26 de diciembre de 2021

242. La política como estado de ánimo

 En uno de esos textos breves que no puede uno dejar de leer una y otra vez, porque siempre nos enseñan y nos recuerdan lo que quiere decir pensar, ¿Qué es la filosofía?*, dice Heidegger (y también lo dice en otros sitios) que la filosofía surge de un estado de ánimo que permite a los seres humanos entrar en relación (en correspondencia) con el ser, o, dicho de un modo más poético, de responder a la "llamada del ser del ente".

La corrupción de lo mejor es lo peor. Quién sabe cómo les habrán llegado los ecos de esta relación del estado de ánimo con el pensamiento a los perpetradores de la estrategia política y electoral de la derecha española. El caso es que parecen empeñados en un extraño proceso de agitación/provocación que sustituye cuaquier posible enunciado o diálogo por la manifestación, más corporal (performativa) que lingüística, de su tremendo enfado. Da igual de lo que hablen (por lo mismo que da igual incluso que hablen), solo pretenden, al parecer, establecer su enfado, como el marco, el clima, el medio ambiente general del país. 

De acuerdo, si quieren evitar el debate político (de hecho, siempre han intentado evitarlo por medios más o menos autoritarios o violentos), podemos entrar en el debate de los estados de ánimo. En eso también puede ayudar la filosofía.

Viva Chile.

 

 * A este conjunto pertenece también Carta sobre el humanismo y ¿Qué es metafísica?

 

 

lunes, 13 de diciembre de 2021

240. Conocer(nos)

 "No nos queda más que esperar, dijo Daniel, que al final las personas que nos quieren y nos conocen un poquito nos vean como somos de verdad. En última instancia eso es lo que importa, y poco más."

 

Ali Smith. Otoño. Traducción de Magdalena Palmer. Madrid: Nórdica Libros, 2020, p. 143.



sábado, 11 de diciembre de 2021

239. "Qué se yo", según Merleau-Ponty

Trotando entre textos, y buscando en realidad uno que está unas páginas más adelante en Lo visible y lo invisible, encuentro este, que no puedo dejar de incluir aquí:

"Por ese camino, finalmente, se vería lo que es la interrogación filosófica. No el an sit, y la duda, en que el Ser está sobreentendido, y tampoco el «sólo sé que no sé nada» en que ya asoma la certeza absoluta de las ideas, sino un «¿qué sé yo?» verdadero, que no es completamente* el de Montaigne. Porque el «¿qué sé yo?» podría ser simple recurso a la dilucidación de las cosas que sabemos, sin examen alguno de la idea de saber. Sería entonces una de esas preguntas de conocimiento, como acaso puede serlo también «¿dónde estoy?», en las que uno sólo duda sobre la necesidad de hacer entidades -el espacio, el saber- tomadas como evidentes en sí mismas. Pero ya, cuando yo digo, en el curso de una frase, «qué sé yo?», es otra clase de pregunta la que nace, porque desborda la idea del saber mismo, invoca no sé qué lugar inteligible donde deberían encontrarse hechos, ejemplos, ideas, que me faltan**; insinúa que el modo interrogativo no es un derivado por inversión o por trastrocamiento del indicativo y del positivo, ni afirmación ni negación veladas o esperadas, sino una manera original de apuntar a algo, por decir de algún modo, una pregunta-saber, que por principio no puede ser superada por ningún enunciado o «respuesta», modo propio, quizás, de nuestra relación con el Ser, como si él fuera el interlocutor mudo o reticente de nuestras preguntas. «¿Qué sé yo?» es no sólo «¿qué es saber?» y no sólo «¿quién soy yo?», sino, finalmente, «¿qué hay?» e incluso «¿qué es el hay?». Estas preguntas no apelan a la exhibición de algo dicho que les pondría fin, sino al develamiento de un Ser que no está planteado porque no necesita estarlo, porque está silenciosamente detrás de todas nuestras afirmaciones, negaciones e, incluso detrás de todas las preguntas formuladas. No es que haya que olvidar éstas en su silencio, ni se trata de apresarlo en nuestro palabrerío, sino que la filosofía es la reconversión del silencio y de la palabra uno en otra (…)."***

 

* En francés, tout à fait, y la traducción, naturalmente, es correcta en sentido literal, pero algo incomoda en la lectura. "Que no es enteramente equivalente" al de Montaigne, entiendo, que lo es solo en parte.

** La negrita es mía.

*** Maurice Merleau-Ponty. Lo visible y lo invisible. Traducción de Estela Consigli y Bernard Capdevielle. Buenos Aires: Nueva Visión, 2010. Pp. 117 - 118.



miércoles, 8 de diciembre de 2021

238. Entre las voces, una

 Trabajar los textos de muchos otros, subrayar, anotar, organizar, hasta que uno empieza a escuchar débilmente (y después, de una forma más neta), como escribió el poeta, "entre las voces, una". A veces, esa voz (ya no eco) es, al final, la de uno mismo, la de la comprensión del problema, de la pregunta y/o la respuesta. Una, pros hén.



sábado, 4 de diciembre de 2021

237. Una de los nuestros

 Es muy triste, y también muy emocionante, todo lo que ha ocurrido estos días alrededor de la muerte de Almudena Grandes. No he sido hasta ahora un lector asiduo de su obra (si hay caminos inescrutables*, son los del lector), pero impresiona comprobar ahora cómo se han instalado ella y su obra (ella, con su obra) en el corazón de sus lectores, algunos de ellos (especialmente ellas), muy cercanos (también Mu). Una amiga de Uruguay me escribió, al conocer la noticia de su muerte: "te juro que siento que se murió alguien de mi familia". Lo que puede la literatura cuando es realmente popular, en el sentido más hondo y ontológico del término, cuando nace de la historia (memoria) de un pueblo (communitas) y queda inscrita en ella(s). Cuando contribuye al sentido, tantas veces superficial o ambiguo, del término pueblo.

Aunque no puedo hablar (todavía) como lector de su obra narrativa, guardo en mi colección personal de "elogios de la vida lectora", de los autores que han dejado testimonio de su iniciación a la lectura (vocación, en alemán Ruf, llamada) y la escritura, el breve prólogo que escribió para una edición de Fortunata y Jacinta** (esa novela inmensa, como la vida). Sartre, Saramago, Calvino y muchos otros, allí está en buena compañía.

"Maldigo la poesía concebida como un lujo / cultural por los neutrales", nos dejó dicho y cantado el poeta (comunista). No solo la poesía, también la ciencia y la filosofía, voy aprendiendo trabajosamente por los caminos de la biopolítica.

Enormes, la pena y el orgullo.


*Romanos 11:33.

**  Las Palmas de Gran Canaria: Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, 2007)

 

 

domingo, 21 de noviembre de 2021

236. Discutiendo el hiyab

 Descubrí un uso singular del verbo inglés to discuss (discutir) leyendo a Iris Murdoch, aunque después lo he encontrado también en otros autores*. Por ejemplo, alguien llega a una cita y sospecha que dos amigos que han llegado antes acaban de estar hablando de él (o ella), y pregunta: were you just discussing me? La traducción no es directa ni fácil: ¿estabais hablando precisamente de mí, estabais comentando algo sobre mí, me estabais criticando? 

Nos vemos de repente envueltos, como sin saber por qué (cosas de los debates en la izquierda), en una encendida discusión sobre el uso del hijab y su significado ideológico y político. Políticas de izquierdas que lo utilizan en actos públicos, una estudiante de secundaria que no puede acceder a su centro con el hijab puesto... que si la laicidad de la izquierda, que si el sometimiento de la mujer, que si el feminismo, los feminismos, todos, también el musulman... 

Las palabras y las cosas (Foucault), en este caso las personas. Ideas, principios, axiomas, mejores o peores, argumentos que se cruzan a veces sin tocarse, consistencias e inconsistencias. ¿Quién tendrá razón? (¿Quién tiene el poder, quién lo quiere y qué hace para conseguirlo?, preguntaba siempre Nietzsche.) O mejor, ¿de quién estamos hablando? Nos imagino en una terraza, ese producto icónico de la pandemia, sentados a una mesa, discutiendo de todas estas cosas (de todas estas personas), mientras una mujer con hijab se nos acerca (la política o la estudiante, por ejemplo) y nos dice dulcemente, con una sonrisa: were you just discussing me? Es posible que entonces nos pusiéramos a hablar, no de nuestras ideas, sino de su vida, no de ella ni de "lo que representa", sino con ella, y de las cosas que nos pasan a todos. Es posible también que entonces fueramos incapaces de pregunatrle por qué lleva puesto el hijab, por respeto, por pudor, y porque no nos resultara ya nada importante.


*Sirva esta construcción gramatical como ejemplo inesperado de la insuficiencia del masculino genérico en algunos casos. Recuerdo bien haber leído el uso lingüístico que comentaré en Iris Murdoch, autora, y también en otros autores (masculino genérico) que he leído en inglés y que ahora no puedo precisar. Podría tratarse, si las lecturas son más o menos recientes, de Doris Lessing (autora), Edith Wharton (autora), Joseph Conrad (autor), Somerset Maughan (autor), o aun (para complicar más la cosa) George Eliot (autora con pseudónimo de autor masculino). Si en la segunda parte de la frase escribo solo "otros autores", 1) se produce una discordancia, bien que leve y posiblemente transitoria con el género de Iris Murdoch, a quien se refiere "otros", y 2) podría parecer que solo pretendo aludir a autores del género masculino, porque sea eso lo que me indica mi memoria. Sí, para evitar (1) y (2) optara por marcar los dos géneros (añadiendo "u otras autoras"), el resultado tampoco sería del todo satisfactorio. El uso del masculino genérico, por su parte, permite evitar esa extraña disyunción, que daría una idea excesivamente vaga de lo que se quiere decir.