domingo, 2 de julio de 2023

309. Sergio

 Ayer estuvimos, Mu y yo, viendo a Sergio, nuestro sobrino, bailar. Sergio R. Suárez (así se presenta él en el mundo de la danza) es un bailarín maduro, competente y creativo (también es coreógrafo), en un grado superior, con toda seguridad, al que pueden juzgar espectadores, como nosotros, que no frecuentan habitualmente los espectáculos de danza. Solemos ir más al teatro y sabemos que el escenario es un espacio sagrado, y que quien es capaz de hacerse con ese espacio virtuosamente merece siempre nuestra admiración. Seguimos desde hace años el desarrollo cuasi-orgánico de dos obras (o series de obras) creadas por Sergio, Fetiche, una pieza magnética y encantadora sobre el deseo, y otra línea de desarrollo que va, de momento, desde I'aam hasta La Revisión. En esta última serie, baila él mismo, solo, y en audaz y valiente soledad se plantea (ahora también explícitamente, en esta última versión) enfrentarse a los rígidos patrones de género de la danza española. La ejecución de la pieza es dura, esforzada, agónica, y solo en algunos momentos parece encontrar el camino entre los movimientos impuestos por la tradición normativa, de los que intenta literal, físicamente, desprenderse. Entonces hay algo de paz y de luz, de esperanza, que por lo general dura poco, para volver una y otra vez a una lucha (consigo mismo, con su propio aprendizaje), de momento, interminable, sin final, como el propio final de la obra acaba representando en un diálogo simpático, algo crepuscular (sí, la luz se va apagando, poco a poco, como en la canción de Dylan*), también agridulce. El resultado parece incierto, pero eso lo hace aun más interesante. Seguiremos, admirados, disfrutando del camino ("proceso") que ha emprendido Sergio, bailarín inconformista y valiente.

* It's not dark yet.



308. He or she

 En una nota a pie de página del primer capítulo de su The fragility of goodness* (pp. 3 y 4), Nussbaum explica la solución que ha adoptado en el texto para el problema de los pronombres personales (he, she, he or she), en particular para no resultar reiterativa con el socorrido he or she. No es la solución, elegante y consistente con la militancia feminista de la autora, lo que más me llama la atención de la nota, sino su referencia a la República de Platón, filósofo que, dice, tiene "a good claim to be called the first feminist philosopher." En ese diálogo fundamental del filósofo, su obra más importante, según Guthrie**, se encuentra este pasaje, que Nussbaum nos recuerda en su nota:

(Sócrates acaba de concluir su descripción de las características que deben reunir los gobernantes del estado ideal.)

" ¡Has hecho completamente hermosos a los gobernantes, Sócrates, como si fueras escultor!

Y a las gobernantes, Glaucón; pues no pienses que lo que he dicho vale para los hombres más que para las mujeres, al menos cuantas de ellas surjan como capaces por sus naturalezas.

Correcto, si es que han de compartir todo de igual modo con los hombres." (540c)***

Se estima que el diálogo se escribió en 421 antes de la era común, esto es, hace casi veinticinco siglos. Como se indica en las referencias, la nota de Nussbaum es de 2001.


* Nussbaum, M. The fragility of goodness. Luck and ethics in greek tragedy and philosophy. Cambridge: CUP, 2001.

** Guthrie, W. K. C. Historia de la filosofía griega. IV, Platón. El hombre y sus diálogos: primera época. Madrid: Gredos, 1990. (p. 416)

*** Platón. Diálogos IV. República. Traducción de Conrado Eggers Lan. Madrid: Gredos, 2000.



viernes, 30 de junio de 2023

307. Crecer y florecer

 Leo siempre con gusto a Martha Nussbaum, y me encuentro de vez en cuando dialogando con sus textos; los más antiguos, dedicados a la biología aristotélica, y los más recientes, sobre filosofía moral y política. Aristóteles siempre al fondo, críticamente asumido. La pluralidad y la fragilidad del bien, cuestiones que ahora me reclaman, con su clara huella vital (más bíos que zoé). Y la defensa del florecimiento humano, más que del mero crecimiento, noción aquella genuinamente aristotélica. Florecer (flourish), no solo crecer.



domingo, 25 de junio de 2023

306. Escribir como consuelo

 ¿En qué sentido puede ser un consuelo escribir? Hay un indicio [de ello] en darse cuenta de lo que consuela la mera idea de hacerlo.

Sin embargo, tan cargados de cosas, de penas y sustos como ya vamos, sería improductivo marcarse cualquier objetivo en términos de resultados formales o de contenidos. Basta con hacerse consciente, durante unos momentos, del poder del lenguaje, y someterse a él, para decir algo que, en lugar de envanecer, cure, consuele, sosiegue. Sin sistema, con necesidad. Sin doctrina, con la llana honestidad de unas vidas que quisieron ser auténticas. Sin ambición, con conocimiento, como búsqueda de un saber inmediato, incorporado a la vida como su más alto sentido.

No, no es la coherencia de lo dicho lo que más importa, sino la breve y humilde satisfacción obtenida al decirlo. El texto, como residuo, debería permitir evocar esa satisfacción, aunque solo fuera en algunos casos. Nada más. (De Huellas, 2011)



viernes, 23 de junio de 2023

305. Marinheiro

 "Vê como o verâo
subitamente
se faz água no teu peito,

e a noite se faz barco,

e minha mâo marinheiro."

    

                    (E. de Andrade, Arte de navegar)



domingo, 18 de junio de 2023

304. La vida o la muerte

Vivo en una ciudad cuyo alcalde acaba de ser reelegido por mayoría absoluta después de haber erigido un monumento, delante del Museo Nacional de Ciencias Naturales, no a Alexander von Humboldt, Darwin, Lamarck o Buffon, sino a la Legión Española. Así, a pocos metros de un lugar sagrado (o que debería serlo) donde uno puede aprender y admirar las ciencias de la vida y de la tierra, leemos inscripciones sobre el "espíritu de la muerte" y cosas por el estilo. Y ello, como digo, en una ciudad que un día fue "rompeolas", y en la tercera década del tercer milenio de la Era Común.



sábado, 10 de junio de 2023

303. El "poder" de las vanguardias (y el cinismo de un pacto)

 Decía Freud que, en su exploración de los rincones desconocidos del alma humana, siempre que descubría un nuevo ámbito de estudio para la ciencia, algún poeta había estado allí antes que él. Algo parecido ocurre en la política, que trata, como enseñó Aristóteles, no de lo que es (objeto de la ciencia), sino de aquello que puede ser de una u otra manera. En algunos frentes de avance político y social (pienso ahora en el feminismo, el ecologismo y el animalismo*), hay personas, activistas, que llegan antes porque van "haciendo camino", en ocasiones de modo ruidoso, escandaloso y algo teatral. Otros, más calculadores (maquinadores, por decirlo con un término que Heidegger desarrolló en un sentido iluminador), aprovecharán después esos mismos caminos para mostrar al mundo adónde lleva ("como no podría ser de otra manera"), no la imaginación y la audacia, sino la necesidad y el sentido común. Son aquellos y no estos, sin embargo, como cantó el poeta (comunista)**, "los imprescindibles" ("die Unersetzlichen"***).

*El activismo del que aquí se habla (docta spes, para decirlo con Bloch) es, precisamente, el que ha elevado el feminismo a la lucha por la dignidad de la diferencia humana, el ecologismo a la lucha por la supervivencia de la biosfera, y el animalismo, no solo a la defensa de los animales no humanos, sino, también y más allá, a la reivindicación de la condición esencialmente animal del ser humano.

**Ver nota al pie en §257.

***"Los insustituibles", en una traducción más precisa y también más al caso del pacto político reciente (y cínico) que aquí se comenta.