domingo, 20 de septiembre de 2020

178. Pereza

Una de las formas de pereza que más debemos cultivar es la pereza para escribir. Cada vez que nos pongamos a escribir es preciso que tengamos muy buenas razones para hacerlo, esto es, para no hacer cualquier otra cosa, y especialmente leer.

A mí me pasa que, de repente, empiezo a pensar “como si” lo pensado fuera a quedar escrito, y ello se convierte en una necesidad a la vez que en un elemento de rigor. Hay que intentar escribir así, empujados por pequeños destellos de claridad, y si no, no. (De Huellas, 1991)



sábado, 12 de septiembre de 2020

177. La imagen de los textos

Este blog, el programa, la plataforma, lo que sea que está detrás (es una forma de decirlo) del hecho de que este texto esté disponible (visible) en la red*, ofrece diversos formatos para su visualización**.  Resulta entretenido elegir uno, y también complicado. La distribución del espacio, los colores, el espacio y el lugar ocupado por las imágenes, todo se puede seleccionar dentro de un amplio rango de posibilidades. Las imágenes, es decir, las fotografías, no plantean ningún problema porque desde el comienzo del blog decidí (aunque creo que no lo escribí) que solo incluiría textos. Recordaba e invocaba entonces el mensaje esencial de Imágenes y palabras, de Emilio Lledó, y recuerdo y traigo aquí algunos momentos ("Es tiempo la materia de la escritura") de esa colección de textos:

"Ese imperio de viento, esas tempestades visuales que anegan y asfixian la posibilidad de pensar y, por consiguiente, la posibilidad de ser, vienen acompañadas, además, de una ideología que se expresa en aforismos que parecen lugares comunes e indiscutibles. Así aceptamos con la mayor sumisión y después de haber oído el discurso de la modernidad, del futuro de la modernidad, tesis como aquella que dice que «Una imagen vale más que mil palabras». ¿Qué imagen?, ¿qué valer?, ¿qué palabras?"

"En el mundo de la visualidad, en la inundación continua de las imágenes, es más necesario que nunca el cuidado del lenguaje, el cuidado de la interpretación; de lo que hacemos con ese lenguaje para que pueda ser captador y asimilador de imágenes que lo enriquezcan y lo estimulen y para que, sobre todo, pueda rechazar ese dominio de esperpentos que nos acosa. Un dominio que somete el desarrollo de la mente a un futuro cegado por el chisporroteo de fantasmas, de espectros que lentamente nos llevan, otra vez, al fondo de aquella caverna de la que, al parecer, hace milenios habíamos logrado escapar."***

Con el maestro siempre, en esto como en otras cuestiones que se han inscrito en algunos rincones de este blog. Sin embargo, ese imperio poderoso acaba alcanzando (rozando) también a las palabras, a los textos, que también convierte, como nos recordó Bradbury (#56), en imágenes: "un texto en una pantalla no es un texto, sino la imagen de un texto." No podemos sino conceder, ante estos textos inscritos, representados, en nuestras pantallas, que de alguna forma debemos tratarlos también como imágenes; de alguna forma, esto es, con un formato determinado. Al fin y al cabo, algo parecido ocurre con los textos en papel, que sostenemos en las manos y tocamos y olemos: pueden ser de una manera o de otra, más o menos adecuada para una lectura cómoda y agradable. Solo quería decir, en suma, que, obligado a seleccionar un diseño del blog, he elegido de momento el que me parecería mejor si el texto estuviera inscrito en papel (siempre se puede imprimir, ¿y entonces?). Aquel cuya imagen se parece más a la de un texto real, aunque esto parezca escrito desde la caverna, como nos recuerda el maestro.


* Comienzo este texto en diálogo con el DRAE. Compruebo, tecno-ignorante, que "blog", "red", "web", e "internet" ya forman parte de los términos incluidos en el diccionario (aceptados, hemos dicho siempre, esa cuestión de la autoridad). Dudo al escribir "red" por si el término no es lo bastante específico, pero lo es en ese contexto (por eso está aceptado).

** Dudo también aquí al elegir el término, y de nuevo el DRAE viene en mi ayuda tendiendo un puente entre la primera acepción de "visualizar", "visibilizar" (acabo de escribirlo), y la última (quinta), "hacer visible una imagen en un monitor." Una imagen, un texto, o un texto-imagen. Sí, de eso estoy hablando, como se verá.

*** LLedó, Emilio. Imágenes y palabras. Madrid, Ed. Taurus, 1998. (pp. 152-153 y 155)



viernes, 28 de agosto de 2020

viernes, 21 de agosto de 2020

175. El orden de los textos

 Me había formulado una tarea para este mes de agosto (una tarea vacacional, se entiende) bajo el título o lema de “el orden de los textos”, título que no puede evitar evocar el de aquel texto deslumbrante de Foucault ya mencionado aquí en algún lugar, El orden del discurso (§131). Ocurre, viene ocurriendo, que estos breves textos de QSY han ido sustituyendo poco a poco a aquellos de Huellas; han ido ocupando su lugar (en el discurso) en el momento de su concepción (intuición) y elaboración (escritura). ¿Qué sentido tienen unos y otros? ¿Un sentido meramente autobiográfico (Huellas) o de expresión/reflexión de lo actual (QSY)? ¿Es posible separar ambos sentidos ante la blanda necesidad ocasional de escribir estas breves notas sobre lo que hay en cada momento? Ontología de la actualidad, enunciaba Foucault. En cuanto a lo autobiográfico, un fragmento de otro texto también deslumbrante, en este caso de Derrida*:

“La autobiografía, la escritura de sí del ser vivo, la huella del ser vivo para sí, el ser para sí, la auto-afección o la auto-infección como memoria o archivo de lo vivo sería un movimiento inmunitario (por consiguiente un movimiento de salvación, de salvamento y de redención de lo salvo, de lo santo, de lo inmune, de lo indemne, de la desnudez virginal e intacta) pero un movimiento inmunitario siempre amenazado de tornarse auto-inmunitario, como todo autos [cursiva del autor], toda ipseidad, todo movimiento automático, automóvil, autónomo, autorreferencial. Nada corre el riesgo de resultar tan emponzoñador como una autobiografía, emponzoñador para sí, en primer lugar, auto-infeccioso para el presunto firmante así auto-afectado.”

Tres años después de iniciar este QSY, este experimento gadameriano, recuerdo, es hora de devolver a Huellas su condición original (equívoca y cuestionable, por cierto) de texto escrito, en principio, solo como registro (contra el olvido), y no con intención expresiva, comunicativa. Esto último, aunque discretamente (equívocamente también), corresponde a QSY. Seguirá siendo posible, sin embargo, que algunas Huellas emerjan de vez en cuando de ese fondo reflexivo personal, como burbujas, y lleguen a formar parte del modo expresivo de QSY, esto es, que puedan ser compartidas. Sigo sin saber por qué, el experimento (ahora también derridiano) continúa, seguramente porque valga la pena hacerlo (o expresión equivalente).

 

* Jacques Derrida. El animal que luego estoy si(gui)endo. Traducción de Cristina de Peretti y Cristina Rodríguez Marciel. Madrid: Ed. Trotta, 2008.

 

 

viernes, 14 de agosto de 2020

174. Gabriel Celaya

 

"Lo que saben los hombres, lo que sufren a solas
buscándose las vueltas conscientes y atrevidos,
quemándose y creciendo más allá de sí mismos,
nos da un nuevo sentido."

                                           Gabriel Celaya, Lo demás es silencio



sábado, 8 de agosto de 2020

173. Los estadios de la vida (de Leonard Cohen)

El confinamiento nos envejeció un poco más, de repente. Deteniendo, en cierto modo, el tiempo de la vida cotidiana, el movimiento, aceleró un poco el tiempo de la vida entera (que diría, dijo, Marco Aurelio). Cuando terminó el confinamiento nos sentimos algo más viejos, por esto y por algunos motivos más, seguramente. Algo de ese sentimiento se ha disipado después, algo hemos recuperado, ¿el tiempo? Con ese tiempo que escapa y que a veces se recupera, algo, no hay mucho que hacer, pero se puede jugar, como hizo Leonard Cohen en la Ópera de Sídney en su concierto de 2013, antes de cantar The Tower of Song. (Traduzco*.)

Thank you for your generosity.

(Gracias por vuestra generosidad.)

This is a gesture of compassion to the elderly.

(Es un gesto de compasión por las personas mayores.)

You know I was talking with some of the guys,

(Veréis, estaba charlando con algunos de los chicos,)

some of the guys in this band are kind of

(algunos de los chicos de esta banda están ya un poco,)

you know, over the hill.

(ya sabéis, un poco pasaditos de edad.)

And they were talking about the various stages that a man goes through

Y estaban hablando de los diferentes estadios que atraviesa un hombre)

in relation to his allure to the opposite sex.

(en relación con su capacidad de seducir al sexo contrario.)

It was not a scientific evaluation

(No se trataba de una evaluación científica,)

just something that arose over a cup of coffee.

sino solo de algo que surgió tomando un café.)

It went something like this:

(La cosa fue más o menos así:)

You start off irresistible,

Comienzas siendo irresistible,

and then you become resistible.

(y después te vuelves resistible;)

And then you become transparent.

(y luego te vuelves transparente,)

Not exactly invisible but as if you are seen through old plastic.

(no exactamente invisible, pero como si te vieran a través de un plástico viejo.)

Then you actually do become invisible.

(Entonces ya te vuelves invisible de verdad.)

And then, and this is the most amazing transformation,

(Y después, y esta es la transformación más fascinante,)

you become repulsive.

(te vuelves repulsivo.)

But that’s not, that’s not the end of the story.

(Pero ese no es, no es el final de la historia.)

After repulsive then you become cute.

(Después de repulsivo, te vuelves lindo.)

And that’s where I am.

(Y ahí es donde estoy yo.)

 

Y ahí estaba él a sus 79 años. Vale la pena ver el vídeo y la humildad, la ironía y la seductora inteligencia de este breve monólogo**.

 

* Tomo la transcripción del monólogo de:

http://www.leonardcohen.it/discografia/cant-forget-a-souvenir-of-the-grand-tour/stages/

aunque cambio algo la puntuación.

** https://www.google.com/search?q=leonard+cohen+stages&client=firefox-b-e&sxsrf=ALeKk03uWnAkCRsob-gFvduhk7lYvktK3Q:1596879027245&tbm=isch&source=iu&ictx=1&fir=LqtT4nni-bb8HM%252CeycbM-FL2fRZqM%252C_&vet=1&usg=AI4_-kRaxPp86_cWse8V3128c0ZZ5n_9uA&sa=X&ved=2ahUKEwjb5Kv5pYvrAhWG3OAKHSnqAVcQ9QEwDnoECAgQFw&biw=1366&bih=632#imgrc=LqtT4nni-bb8HM



miércoles, 5 de agosto de 2020

172. Eusebio Leal

Murió Eusebio Leal. Rescato de mis recuerdos de aquel viaje homérico a Cuba (#55) una figura discreta, sabia y elegante que nos acompañó, como “historiador de La Habana”, durante una visita a La Habana Vieja. Recuerdo bien su explicación sobre el azul de los edificios, como si hablara de una obra de arte. Emociona ver cómo se le recuerda y celebra ahora, en su muerte, allí y aquí.