Muchas veces he pensado, mientras leía, que estaba leyendo demasiado deprisa. En prosa o en verso, el texto puede ser un tobogán por el que nos lancemos semiconscientemente para llegar pronto a algún sitio (sentido) después de una breve e intensa emoción. En otras ocasiones, todo lo contrario, me he quedado entretenido en una lectura continuamente interrumpida, en staccato, recursiva, en busca de una continuidad interpretativa difícil* de seguir. También en verso, naturalmente (tanto como en prosa, solo que aquí de un modo más esencial, literal), cuando no se lee con el ritmo propio del texto.
Leer deprisa, leer despacio, de eso habla Jacques Derrida en una nota a una de sus conferencias en memoria de Paul de Man, donde la memoria, en todos sus sentidos y contrasentidos, era el tema central de la conferencia. "Y sin embargo la lectura debe hallar su ritmo, la medida atinada y la cadencia justa. En la medida, al menos, en que intente llevarnos a captar el sentido que no viene a través del entendimiento."** Como si estuviera aludiendo aquí Derrida a las "razones del corazón", cita a continuación a Pascal: "Quand on lit trop vite ou trop doucement on n'entend rien." (Cuando se lee con demasiada prisa o demasiada lentitud no se entiende nada.) Y comenta: "Uno nunca debería olvidar la autorizada elipsis de esta advertencia. ¿Pero a qué velocidad debería uno leerla? En el umbral mismo del libro, se la podría pasar por alto rápidamente."
Intento leer mucho y muchas cosas a la vez, y diversas (novela, poesía, filosofía, además de la lectura científico-profesional cotidiana, ya casi inconsciente). Unas más deprisa y otras más despacio, no solo en el momento de leer efectivamente cada texto, sino a lo largo del tiempo, semanas, meses, años, que puede durar la lectura de un texto individual. Una vez dije en un seminario de filosofía medio en broma (solo a medias) que habría que leer los textos al mismo ritmo en que fueron escritos. ¿Se aplica, por cierto, el enunciado de Pascal también a la escritura de los textos?
En mi zigzagueo continuo por (entre) la ciencia y la filosofía, no deja de crecer mi perplejidad ante todo lo que hay que leer para no caer en ingenuidades elementales (científicas o filosóficas). Quizá no sea sino esa prudencia (pudor) la que le empuja a uno a leer (haber leído) (y hopefully entender) más y más. ¿Demasiado? ¿Demasiado deprisa? ¿Demasiado despacio? El tiempo (que somos, Heidegger dixit) dirá. (Dx)
* Volveremos pronto con G. Steiner a este asunto de "lo difícil".
** Jacques Derrida. Memorias para Paul de Man. Traducción de Carlos Gardini. Barcelona: Editorial Gedisa, 2008. La traducción de la frase de Pascal es la que aparece en el texto. La cita está tomada de un texto de Paul de Man, Allegories of Reading.
No hay comentarios:
Publicar un comentario