lunes, 19 de octubre de 2020

183. Mare magnum

 ¿Cuánto tiempo hay que dejar una idea abandonada a sí misma (o a uno mismo) para saber si de verdad constituye un proyecto o es solo un entretenimiento circunstancial del pensamiento? Horas, días, años… qué sé yo. Aun así, esa incertidumbre, a la que ya he conseguido acostumbrarme, no ha evitado que me haya pasado el día jugando con la posibilidad de un proyecto, o mejor una idea, que rápidamente se asoció ella sola a una especie de título: mare magnum. Son pequeños trucos para no perder el sabor original de una idea. En síntesis, ¿por qué no intentar captarla en lo que tiene de nudo de proyectos (pasados) y experiencias (anticipadas), por qué no actualizarla en una serie de textos totales (desde el punto de vista expresivo), sin índice, sin sistema, sin que ello suponga ningún compromiso conmigo mismo ni con nadie? (De Huellas, 1991)



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