jueves, 30 de junio de 2022

265. ¿Por qué discutimos tanto de política?

No sé la gente de derechas, apenas conozco de qué se discute en ese mundo que me resulta tan lejano, pero los de izquierdas discutimos mucho de política, de las políticas posibles e imposibles, especialmente en estos últimos tiempos de crisis y guerras (o, quizás mejor, con motivo de las crisis y las guerras de estos últimos tiempos). Muchas veces, al terminar una discusión (en lo más alto o en lo más bajo, según el caso), nos vamos a casa pensando que hemos discutido demasiado, y nos preguntamos también, algo perplejos, para qué discutiremos tanto. 

¿Será para convencer, para convencernos, para aclararnos las ideas al tiempo que pretendemos aclararles las suyas a los demás? ¿O será solo porque tenemos una necesidad esencial de expresarnos, y nos ponemos a discutir lo mismo que nos podría dar por cantar o por recitar poesía? ¿O es que, en fin, imaginamos que así, con esa pasión desenfrenada, encontraremos entre todos la verdad? 

Qué se yo, me da por pensar que, a pesar de los inconvenientes (algunos rasguños, a veces) no debemos dejar de discutir, sin muchos límites, con la vehemencia de siempre, a ver si así descubrimos alguna vez, en alguna dimensión oculta a la que accedamos en el calor de la discusión, por qué será que discutimos tantísimo (entre nosotros).



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