Me va ocurriendo, creo, que cada vez me importan menos mis propias huellas (Huellas) y me interesan más las otras, las de los demás, o al menos el modo y los momentos en que unas (las mías) y otras se pisan, se entrecruzan y se muestran caminos nuevos, inéditos. Será, podría ser, que ya no tengo tanto miedo a olvidar y/o que voy pensando que la memoria, toda la memoria, es en el fondo mucho más colectiva (compartida) que personal.
Encuentro en Twitter (ahora "X") la noticia de la muerte de Odete Santos, veterana militante y dirigente del Partido Comunista Portugués (PCP), miembro de su Comité Central (CC), que desempeñó cargos públicos importantes en Setúbal y fue diputada en la Asamblea de la República durante 27 años. Todo lo que hizo y promovió indica que fue una persona, una comunista, profundamente comprometida con la educación, la salud, los derechos civiles y la felicidad de los seres humanos. Una de las nuestras, y un descubrimiento para mí, porque no la conocía.
Odete ("mulher de Abril") se interesó especialmente por la función social de la poesía, como "forma de intervención", y la nota publicada por el Secretariado del CC del PCP señala que varias generaciones la recordarán recitando Calçada de Carriche, poema de António Gedeão. Buena ocasión, pienso, para descubrir a un nuevo poeta portugués, siempre una alegría para mi ("a joy for ever", dejó escrito para siempre Keats).
Busco en mi monumental antología de poesía portuguesa, y allí (y también en la Wikipedia) veo que António Gedeão era el pseudónimo de Rómulo de Carvalho (1906 - 1997), autor multidimensional (mejor que polifacético), poeta, científico (era químico), profesor y ensayista, "Alguns dos seus poemas fazem a ponte entre uma poética de reflexão íntima do homem perante o mundo e un certo tipo de comprometimento social, sem deixarem de recorrer a uma grande liberdade de associações e uma ben doseada ironia." *
Así comienza el extenso poema, de claro compromiso social, que recitaba la dirigente comunista:
Mi antología recoge otro de los poemas más conocidos de Gedeão, Pedra filosofal, donde el poeta habla de los sueños y de aquellos que no saben lo que los sueños del ser humano realmente son. Me quedo aquí con los primeros versos y la última estrofa del poema.
No debemos dejar de perseguir huellas, de cruzar las nuestras con otras en las que a veces descubrimos y reconocemos a los nuestros.
* Poemas Portugueses. Antologia da Poesia Portuguesa do Séc. XIII ao Séc. XXI. Porto: Porto Editora; 2009, p. 1282 y ss.