sábado, 15 de abril de 2023

294. Las filosofías de la vida

 Continúa, "sin prisa, pero sin pausa", la serie de artículos sobre la memoria. Este segundo artículo quizás algo más denso que el anterior, no sé. Conviene vigilar esa densidad, que, aunque permite conservar lo leído y pensado, no ayuda tanto a compartirlo. Aprendiendo sobre la marcha.

https://nah.sen.es/es/numeros/numero-actual/556-ciencia-y-filosofia-de-la-memoria-en-el-siglo-xxi-2-antecedentes-controversias-cientifico-filosoficas-en-los-inicios-del-siglo-xx



lunes, 3 de abril de 2023

293. Oé y el rayo de Zeus

 Murió Kenzaburo Oé, de quien me queda aún mucho por leer después de aquella primera lectura deslumbrante de Cartas a los años de nostalgia. Supe entonces, aun antes de conocer la historia de (con) su hijo, que era de "los míos". He buscado, y no encuentro una referencia en mis Huellas a , aunque sí a la idea que suelen evocar en mí historias como esta:

“Escucho con mucho respeto a Carlos Boyero en la radio. Un hombre que habla honestamente de sus pasiones, inmensas, y de sus adicciones, que no debieron de serlo menos. Ahí cayó un rayo, pienso, con la fórmula griega que aprendí en una novela de Ivo Andric. Eso es lo sagrado, pienso, donde cayó el terrible rayo de Zeus. Así pienso a veces de estos episodios nuestros recientes, que han hecho que nuestra vida, la de todos, se haya vuelto un poco (este matiz es solo cultural) sagrada. Después pienso de qué manera eso que llamo sagrado se traslada a la vida, la cultura, el arte, y qué bien lo transmite Boyero cuando habla del cine que ama. A mí, que solo intuí el rayo, aunque demasiado temprano, me pasa algo parecido con ciertas composiciones literarias, algunos textos filosóficos, algunas novelas, algunos poemas, como me pasó desde muy joven, sobre todo, con algunas ideas científicas. Es como si algo nos redimiera de eso, aunque solo fuera en parte o por un momento. «Una lágrima de mayo…»” (De Huellas, 2013)

 

 

domingo, 2 de abril de 2023

292. Lo visceral, no lo irracional

 Podría parecer, podría pensarse, que el texto anterior (§291) invoca lo irracional como fundamento del quehacer político. No, lo visceral no se explica por lo irracional ni se opone exactamente a lo racional. Un ejemplo: la mayoría de las personas que viven juntas (en un sentido amplio, que conviven y llevan vidas que se tocan y se trenzan; que, como decía Bergson, "se insinúan" unas en otras) piensan de forma similar en términos ideológicos y políticos. Familiares y amigos, las personas con quienes vivimos. ¿Ocurre eso porque hablamos mucho entre nosotros? También, seguramente, pero creo que ese lógos común se da en un marco más amplio y efectivo. Pensamos de forma similar porque vivimos las mismas cosas. Y en la profundidad del cuerpo (lo visceral) llevamos, por decirlo de nuevo con Bergson, la memoria entera de lo vivido. Nuestra memoria personal y nuestra memoria común, inseparables.



sábado, 1 de abril de 2023

291. La izquierda, la derecha y la víscera

 Leo con interés las interpretaciones históricas y políticas que consideran la diferenciación entre la derecha y la izquierda como algo del pasado y ya carente de sentido. Sin embargo, no consigo entender el funcionamiento del mundo político (global, nacional, local), en términos de causalidad (quién hace qué, por qué, cómo y para qué) sin estas categorías fundamentales. Así me ha pasado recientemente también con Bruno Latour, al que leí con una actitud previa favorable, y que me ha convencido de algunas cosas, como que debemos tender todos a hacernos, políticamente, cada vez más terrestres (no globales), de la Tierra (y también de la tierra, de cada una de ellas, de la nuestra -aunque no por ello locales). Otras cosas de este texto, en cambio, como decía, no me han convencido, aunque me han llamado también la atención:

"Debe existir, sin duda, una manera de romper el celebre hemiciclo mental que alinea en forma de ristra, extrema izquierda, izquierda, centro, derecha y extrema derecha. Y todo, porque en 1789, los representantes adoptaron la costumbre de formar así frente al presidente de la sesión para votar alguna oscura cuestión del veto real. 

Sin embargo, por contingente y rudimentaria que sea, esta graduación sigue ordenando las encuestas, los discursos, las clasificaciones; sirve en cada elección y en cada relato histórico, y determina incluso nuestras reacciones más viscerales."*

Clic, algo se activa en mí. ¿Viscerales? Justo al final de esa última frase, y de esa última palabra, Latour pone una nota. Voy hasta el final del texto (son más cómodas las notas a pie de página, sin duda) y la encuentro (Nota 43): "Este es el sentido que suele dar Gilles Deleuze a esta diferencia, que en ese caso sería de orden natural y no contingente." 

De nuevo todo un camino por iniciar y recorrer, el de la "filosofía visceral", donde nos encontraremos al menos con Deleuze e Irigaray, lectora sutil y crítica de Heidegger. Un recuerdo también, algo más remoto, quizá, para Unamuno

Madrid, primavera de 2023, posiciones políticas diversas en la izquierda (sí, la izquierda heredera de aquello de 1789). Posiciones, ¿principios?, estrategias, tácticas. Y también personas destacadas, cabezas visibles y voces audibles (¿y las de los presuntos votantes, invisibles, reducidos tantas veces a marketing sociológico?) Multitudes, como sugiere Negri, que podrían ser eficaces con la organización adecuada. Filosofía visceral, política visceral (por más que expliquemos nuestras posiciones post hoc con racionalidad aparente), política del cuerpo, de la víscera, de los deseos (frustrados o no) y las emociones, biopolítica (no diré "en definitva" porque aquí no hay nada definitivo).


* Latour B. Dónde aterrizar. Cómo orientarse en política. Traducción de Pablo Cuartas. Barcelona: Taurus, 2019, p. 77.



290. Librería, frutería

 Da gusto ver, al menos por aquí, cada vez más librerías y quiero pensar también cada vez con más gente comprando libros. ¿Es posible entrar en una frutería y no salir con algo de fruta en la bolsa? Lo mismo pasa con las librerías.