El mundo de uno, de cada uno de nosotros (chacun, dicen en francés), ha de ser grande y rico, en el sentido de Heidegger, y también de Bloom. Y no debe dejar nunca de crecer con nosotros.
El sentido de Heidegger: el de su curso de 1929 - 30; la piedra no tiene mundo, el animal es pobre de mundo, mientras que el hombre es rico de mundo. Y el sentido de Bloom: el mundo rico, inmenso e inteligente de Hamlet.
Riqueza de mundo, bendita sea, siempre más.
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