martes, 19 de agosto de 2025

431. El ritmo y la marcha

 Vacaciones, cambio de ritmo. Siempre hay un ritmo, claro, y, como enseguida estoy pensando desde la bici, también hay una fuerza determinada en el pedaleo (fuerza compleja, dinámica, porque cambia de intensidad a lo largo de cada ciclo de pedaleo), y un piñón (y la decisión, clave, de cuándo cambiar la marcha). Uno está casi siempre por debajo o por encima de un nivel óptimo (de marcha, fuerza y ritmo), o puede alcanzar, sentir que alcanza, ese nivel óptimo (con una agradable sensación de acorde* con uno mismo), pero el mundo, en movimiento (el ambiente físico, diría Cordón), ha cambiado ya, ligeramente (acción y experiencia), y la pendiente es mayor o menor, y todo el ajuste tiene que comenzar de nuevo. Una y otra y otra vez, sin parar, y con unos efectos acumulados también siempre presentes (calor, sudor, un ligero cansancio en las piernas). El tiempo, el tempo, de las vacaciones, quizás, nos permite centrar nuestra atención, un poco distraída, en estos pequeños ajustes de la existencia. (Bx)

 

 *Recordando aquí el poema homónimo de Jorge Guillén.



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