Esto que aquí comienzo podría ser un texto para QSY. Llevo casi un mes sin acceso al blog, a la página donde se escriben y modifican los textos. El vínculo de acceso está guardado en el navegador de mi ordenador portátil, que lleva todo este tiempo en el taller. Debería saber cómo acceder a esa página desde cualquier otro sitio (aparato) pero (todavía) no lo sé. Me parece interesante recoger algunas observaciones, banales y a la vez creo que importantes, sobre este breve periodo de eclipse de blog. Podría estructurarlas en los siguientes puntos.
1. Me siento desconectado de esos textos, sin acceso a ellos, y eso me produce cierta inquietud (pequeña). Puedo leerlos siempre que quiera, para eso no necesito mi portátil, pero no puedo modificarlos ni escribir nada nuevo; y eso es, al parecer, lo que hace que me sienta lejos de ellos.
2. Si no puedo escribir en el blog de forma inmediata, entonces no me encuentro pensando en el modo de escritura del blog, con vistas al blog. Esa forma de escribir, con su componente formal "público" (y su particular exigencia de rigor), se bloquea, se paraliza, se inactiva, si no es posible aplicarla al blog inmediatamente.
3. Por último, sigo transcribiendo textos de estas notas, y encuentro algunos que, si el blog estuviera accesible, pasarían a formar parte de él. Como en este momento eso no es posible, estos textos se quedarán aquí, como otros muchos, la inmensa mayoría. La cuestión es que eso no me produce ninguna inquietud, no me parece importante.
Y hay algo más, creo, algo agradable, en volver por un tiempo a lo privado y anónimo, en no sentirse expuesto, ni siquiera en potencia; y en no sentirse obligado (¿inercia?) a exponerse. Paradojas (interesantes) de lo público/privado, lo personal/transpersonal, que interpelan al qúe-sé-yo con un (a veces inquietante) para-qué-lo-sé. (De Huellas, 2019)