domingo, 11 de mayo de 2025

414. Tener y no tener

Me cruzo de nuevo con unos versos que activan ese "click poético" que ya conozco bien. Son de Borges esta vez, y los escuché cantados en Café del Sur (RNE, Radio 3). Al parecer, y eso lo descubrí también en ese programa, Borges ha sido el poeta más cantado en la música popular del siglo XX. El poema se titula 1964, año en el que el poeta argentino cumplió 65 años (vaya por Dios), y el primer verso (del poema I) es así de inclemente:

"Ya no es mágico el mundo. Te han dejado."

Ese es el tema, y también el tono. En ese ambiente de desolación, más adelante, se inscriben mis versos:

 "Adiós las mutuas manos y las sienes
Que acercaba el amor. Hoy solo tienes
La fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
Sino lo que no tiene y no ha tenido
Nunca, pero no basta ser valiente
Para aprender el arte del olvido."

 Repites vanamente... sí, la idea es sutil y yo me la he repetido unas cuantas veces, o una idea parecida (veremos), en relación con otro poema, esa maravilla dedicada por Machado a Francisco Giner de los Ríos:

"Vivid, la vida sigue
Los muertos mueren y las sombras pasan;
Lleva quien deja y vive el que ha vivido."

Borges habla "en vida", aunque en sentido decadente, descendente, y Machado evoca la vida ya concluida y proyectada hacia el futuro (en sentido, por decir así, ascendente). Ambos textos se cruzan (como planos que se cortaran) en la idea de que no importa dejar de tener si se ha tenido, que bien podría traducirse en un consejo (melancólico, vano, en Borges, y esperanzado en Machado), de no renunciar a nada porque pueda ser finito o efímero. Así la propia vida, "vive el que ha vivido", idea muy bergsoniana, en la que resuena otra del Aristóteles biólogo: "es mejor vivir que no vivir".

 

 

sábado, 10 de mayo de 2025

413. Vertumno

 Algunos días ya bajo la influencia del dios Vertumno*, el que gobierna los cambios de estación (y de tiempo). Se vuelve uno un poco cartesiano, algo platónico (el carro y los caballos del Fedro), cuando el cuerpo, el pobre, quiere seguir otro camino. 

 

* Descubrí a este dios hace muchos (muchos) años en el exergo que Diderot incluye al comienzo de su El sobrino de Rameau. Se trata de una cita de Horacio (Lib. II, sát. VII):

"Vertumnis quotquot sunt,
natus iniquis."
 
"Nacido bajo la influencia maligna de todos los Vertumnos juntos." Así se traducen estos versos en nota (2) a pie de página en la edición de Ed. Cátedra (Madrid, 1985). Encuentro otra traducción por ahí, en la web: "(...) nacido siéndole, cuantos hay Vertumnos, inicuos." (UNAM, México D. F., 1993, traducción de Rubén Bonifaz Nuño). 

Siempre pensé que Horacio aludía a los efectos de los cambios de tiempo sobre nosotros, más que a la mera volubilidad de las personas, similar a la de las estaciones. Ahora que he ido al poema original, no lo tengo tan claro, aunque ambas interpretaciones no parecen incompatibles.
 
 
 

domingo, 4 de mayo de 2025

412. Entre las voces, una

 Me encanta discutir, especialmente si es de política, o de esa extraña mezcla de política cotidiana, ideología y teoría (o filosofía) política en que suelen acabar muchas discusiones políticas en la izquierda. Y todo ello sobre el fondo semi-consciente de nuestra memoria colectiva, y de las memorias (y amnesias) autobiográficas que también se ponen ahí en juego. No me gusta tanto el regusto amargo que a veces dejan estas discusiones, sobre todo (de esto me he dado cuenta últimamente) cuando se producen en la red, de forma, como solemos decir ahora, no presencial. 

Independientemente del formato y del contexto de la discusión, me pregunto ahora (a raíz de una experiencia reciente, claro), en qué medida nos escuchamos personalmente, escuchamos lo que cada uno tiene que decir desde su propio mundo, su experiencia y reflexión personal. En ocasiones (por no generalizar demasiado), escuchamos (y también adoptamos, de forma especular) "tipos", "posiciones", en discusiones muy previsibles, impersonales, poco productivas y no exentas del ejercicio de algún "micropoder". Cuando ocurre eso, en realidad, no nos escuchamos. Ojalá pudiéramos seguir, también en esto, el ejemplo poético de Machado:

"A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una." *


* Retrato, Campos de Castilla.



viernes, 2 de mayo de 2025

411. Apagón

 Ni siquiera una reflexión, más bien una impresión efímera (me temo) después del apagón de hace unos días, y de algunos textos que se han publicado después con ese motivo. (El recuerdo todavía reciente de conducir por calles llenas de gente, sin semáforos, pero con mucho cuidado por parte de todos, y con una especie de sonrisa generalizada, una inusual conexión con los demás, una comprensión compartida de la situación excepcional que estábamos viviendo). 

El concepto de "pueblo", tan difícil de entender (e incluso de creer) en circunstancias normales, parece evocarse de forma natural en estas situaciones de crisis colectiva. Y eso es siempre un motivo de esperanza (política).



410. El mundo de Hamlet

 El mundo de uno, de cada uno de nosotros (chacun, dicen en francés), ha de ser grande y rico, en el sentido de Heidegger, y también de Bloom. Y no debe dejar nunca de crecer con nosotros.

El sentido de Heidegger: el de su curso de 1929 - 30; la piedra no tiene mundo, el animal es pobre de mundo, mientras que el hombre es rico de mundo. Y el sentido de Bloom: el mundo rico, inmenso e inteligente de Hamlet. 

Riqueza de mundo, bendita sea, siempre más. 



409. Nini (ni filósofo ni poeta)

 Una nota de apoyo, mínima reflexión lateral, durante la preparación de la charla de Oporto. Quiero tenerla aquí a mano, por más que pueda parecer que, de tanto hablar de Cordón en estas últimas semanas, y de las innumerables notas que entonces escribimos todos, el tono recuerda al de aquellos tiempos.

De mí puedo decir que soy un filósofo amateur, o ni siquiera eso. Mi relación con la filosofía es parecida a la que tengo con la poesía. Me considero competente, realmente competente, para apreciarla (y juzgarla, como el ciudadano educado de Aristóteles), pero no, bien lo sé, para producirla.



sábado, 12 de abril de 2025

408. Una charla atípica en la biblioteca

 Esto mismo me ha pasado otras veces, es algo así como un patrón de conducta, no del todo inconsciente, por lo demás. Se trata (es solo una imagen para describirlo) de llegar al límite, o aun un poco más allá, algo de lo que en algún momento me he sentido capaz, sin saber, a la vez, muy bien cómo. Hay ahí telos, hay fe (animal), y una necesidad un tanto oscura de intentarlo. Quiero explicarme así, post hoc, esa sensación ambigua que tuve hace unos días en aquella preciosa biblioteca del Rectorado de La Universidad de Oporto, cuando terminé de dar una charla con el título de Science and philosophy of brain donation. ¿Me habré pasado?, pensé inmediatamente. Sí, seguramente me pasé, más allá de la esperable ética de la donación, hacia cuestiones netamente ontológicas. Por allí desfilaron, espero que no como mero name dropping, Nietzsche, Heidegger, Vattimo, Foucault, Deleuze y Derrida. El cuerpo, la muerte y el don, estos son los tres núcleos de reflexión que planteé en la charla. Es solo un comienzo, y eso es precisamente, creo, lo que pretendía: iniciar esta línea de reflexión, e iniciarla en serio, esto es, en público. Como conclusión, de momento solo un concepto denso y profundo: la generosidad corporal.