En estos plácidos días de vacaciones, un "me gusta" y un "no me gusta". Lo positivo primero, un pequeño descubrimiento ("nunca es tarde").
En una reciente reunión de amigos en el campo (y en la montaña), uno de ellos se manifiesta admirador entusiasta e in toto de Agustín García Calvo. Con algunas ganas de discutir, defiendo mi aprecio, grande pero parcial (qué sentido puede tener esto, no lo sé) al filósofo, filólogo y poeta, especialmente en esta última de sus manifestaciones. Buen poeta, ciertamente, o poeta, sencillamente. Me gusta también esa relación epistolar con Iris Murdoch que he conocido recientemente*. Mis novelas "de verano" durante unos cuantos años, mi querida Iris Murdoch.
Mi amigo nos cuenta cómo fue su primer encuentro con García Calvo, en un teatro, y nos muestra en el teléfono móvil un vídeo donde el poeta, bastante joven, dice y escenifica uno de los poemas que entonces recitó**. Un poema suyo bastante conocido, por lo que veo (en la reunión hay varias profesoras de lenguas clásicas), y que yo no conocía. Aquí, la última estrofa:
"Todos tienen su idea: son ellos
los reyes del aire.
Y si tú ves que cuando a todos
los cierre en la cárcel
de los versos y que la música
ya se apague,
yo me quedo a las nubes
mirando distante,
recuérdame y dime "La veo ahí
la cara del que sabe."
Cuando encuentro algo nuevo (para mí) que me gusta en el mundo de las palabras y las ideas, me lo quedo para siempre (es un decir). Volveré a García Calvo de vez en cuando, lo sé, sobre todo a sus poemas. Me quedo ahora, como un lema para repetirlo y recordarlo, con esa "cárcel de los versos" donde encerrar, como en el Infierno del Dante, a ese personaje macro o microautoritario, tan cotidiano, en el que enseguida reconocemos "la cara del que sabe".
* https://elpais.com/cultura/2019/03/16/actualidad/1552744870_773323.html
** https://www.youtube.com/watch?v=AM8TbNTXUws
** https://www.youtube.com/watch?v=AM8TbNTXUws