He leído con gusto y algo de desconcierto (a veces) El arte de filosofar, donde un Javier Sádaba desenfadado (y a veces también muy enfadado) habla de lo humano y lo divino con brevedad y claridad wittgensteinianas. El gusto viene seguramente de ver cómo la alta competencia "técnica" de un reconocido experto en Ética puede dar lugar a reflexiones muy oportunas sobre cuestiones cotidianas (lo humano) lo mismo que sobre asuntos de filosofía más bien "académica" (lo divino). "Duchémonos con la bondad pero sequémonos con la justicia"*, dice, p. ej., enlazando hábilmente ambas orillas del discurso. El desconcierto (pequeños tropiezos, digamos, en la lectura) se debe a una tensión (que el autor intenta abordar críticamente en algún lugar) entre la invitación a la reflexión y el diálogo, a la crítica fundamentada, por una parte, y la declaración del "porque me da la gana", por otra. Breve, pues, y claro, y también honesto.
* Sádaba, Javier. El arte de filosofar. Córdoba: Almuzara, 2023 (p. 73).
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